Café de París Málaga: Cocina 'kanalla'

Enrique Bellver

Sábado, 18 de noviembre 2017, 18:16 | Actualizado 18:24h.

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José Carlos García, uno de nuestros cocineros malagueños más reconocidos dentro y fuera de Málaga, tocado por el firmamento Michelin con un estrella, se ha reinventado una vez más, o ha sido Café de París el que se ha reinventado otra vez más. Venga de donde venga esa reconversión, la realidad es que en la zona de La Malagueta ha desembarcado y con fuerza una cocina ‘kanalla’, divertida, desenfadada, con raíces tradicionales actualizadas y con un objetivo, hacer que el cliente que acude a este restaurante lo pase francamente bien y no salga con su cartera esquilmada. ¿Le parece poco, mi respetado lector, el que en su día, agosto de 1982, abriera sus puertas y pasara a ser el restaurante de cocina clásica internacional más lujoso de nuestra ciudad, para que con el paso del tiempo se situara en la vanguardia de los restaurantes de cocina creativa de Andalucía bajo el oficio en los fogones de José Carlos, para que después volviera a sus orígenes, ahora sea uno de los restaurantes más actuales y divertidos que nos podemos encontrar por estos lares? Ese don que siempre ha tenido nuestro cocinero malagueño para readaptarse al momento y al tiempo gastronómico puede seguirse día a día en esta casa, sin que por ello se pierda el lujo, el saber hacer y la creatividad en su otro restaurante de Muelle Uno, JCG.

Café de París no centra su cocina en la vanguardia culinaria, más bien en esa búsqueda de sabores tradicionales, pero con un toque de reconversión para afianzarlos en los gustos actuales de una clientela con el paladar más abierto y siempre dispuesta a hacer de un almuerzo o una cena un acto desenfadado a la vez que divertido. La decoración, distribución de espacios, el mobiliario, incluso el modo de vestir del personal de sala contribuyen a ello.

Suelo, por motivos de mi trabajo, comer casi todos los días fuera de casa, pero reconozco que durante este año pocas veces me lo he pasado tan bien y me he divertido tanto comiendo como lo hice en mi visita al reconvertido Café de París, y eso que la cocina que aquí se oferta no pasa de un notable alto. Pero precisamente es ahí donde radica su gracia y creo que también su éxito.

La carta es bastante básica, unos pocos entrantes entre los que destacan el tartar de pescado. En concreto, ese día lo había de salmón y llevaba un toque de menta muy apetecible. En cambio, el steak tartar clásico no alcanzaba las expectativas que habíamos puesto en este plato quienes estábamos en la mesa. En esa carta nos vamos a encontrar con platos de plancha o fritos, un guiso del día(7,5 €) y unos pocos principales, todos haciendo un ligero guiño a lo que en su día imperaba en la carta del restaurante, incluido el Strogonoff de ternera. Me gustó bastante por su concepción y ejecución el risotto de boletus con queso parmesano por el punto del arroz y la suavidad de sabor que presentaba, y de la costilla de ternera me quedo con la salsa ‘Café de París’, suave y delicada al paladar, y no tanto con la textura de la carne. Como remate divertido y dulce, un cremoso de yema con chocolate y yogurt de frutos rojos. ¡Genial!

Lo dicho, Café de París es un lugar de cocina canalla hecho para los que gustan de divertirse a la vez que disfrutan de una buena comida.