Una barra con alma japonesa en pleno supermercado de Marbella

Su intención era poner en marcha el típico puesto de bandejas con una barra sin mucha ambición. Pero llegó Héctor Escalona y todo dio un giro. Al toparse con el reconocido sushiman en las entrevistas, el empresario hostelero Miguel Ángel García Marinelli vio clara la oportunidad de ir más allá. En el mismo centro de El Corte Inglés en Puerto Banús en el que ya cuenta con otros dos restaurantes: el francés Le Bistroman y el chino HotBao.

«Como ya tenemos una barra de sushi en Le Bistroman, nos pidieron hacernos cargo de un puesto de venta de comida japonesa dentro del supermercado, el típico que hay en otras superficies comerciales, pero al final lo hemos reorientado y creo que hemos conseguido una oferta singular que llama la atención, algo único», considera García Marinelli con un tono de satisfacción porque en el fondo con Le Japonais se diferencia de otras ofertas y aporta un valor añadido, en el contenido y en la puesta en escena.

«Mucha gente coge bandejas para llevar, pero luego se da cuenta de que está la barra, suelta las bandejas y se queda», asegura Escalona. Después de cerca de una década trabajando el concepto omakase, no dudó en aceptar el reto. «Al principio me chocó, pero después me dije: venga, vamos a hacer algo guay ahí». Y así lo ha hecho. Como si estuviera en cualquier restaurante. La diferencia es que no hay cocina y ha tenido que adaptarse al entorno.

Él no tiene límites. Con una trayectoria que le ha llevado a trabajar en prestigiosos templos de la cocina japonesa como Kabuki o 99 Sushi Bar, tiene tablas de sobra. Buscó algo dinámico, fresco, sin perder el purismo. De ahí salen una amplia variedad de sashimis, makis y nigiris, tartar, kaisendon o caldo osuimono. Materia prima local y parte también importada de Asia. Lomo de atún, salmón salvaje, quisquillas, vieiras, langostinos, ostras, wasabi fresco, soja envejecida, arroz koshihikari en un termo especial para mantenerse a 37 grados...

Todo se cuida al detalle en este reducido espacio de apenas 20 metros cuadrados y capacidad para cinco comensales donde el objetivo es dar de comer «como realmente se come en Japón». «Respetamos al máximo el producto, intentamos trabajarlo bien y que sea de calidad», advierte Escalona, que corta y prepara el pescado al momento en esta especie de izakaya (taberna japonesa) que pilla por sorpresa a más de uno.

Aún más cuando se acercan y ven que incluso hay también menús degustación. Tres diferentes por 45, 65 y 90 euros. Al mismo tiempo que se puede pedir a la carta y hasta comprar de 'take away'. Sea como sea, Héctor Escalona garantiza algo: «Aquí hay alma». Es su pasión. Ni se le pasa por la cabeza jubilarse. Se ve para siempre detrás de una barra preparando sushi. El mejor aval para ir a Le Japonais.

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