La Artesana de las Pastas Frescas: el obrador donde se amasa el sabor en Málaga

Un puñado de macarrones secos con tomate frito es un almuerzo muy socorrido para quien no tienen tiempo para cocinar. Pero, ese plato está muy lejos del sabor, la calidad e incluso la salud que proporciona la auténtica pasta fresca. La misma que Elsa Cardoso no recomienda dejar más de dos o tres días en el frigorífico. Ella, argentina de nacimiento, pero viviendo en Málaga desde hace más de dos décadas, se dio cuenta que hacía falta en su tierra adoptiva un obrador donde se hicieran estos productos con calidad.

«Al llegar aquí si tenía que comer buena pasta fresca, tenía que ir a un restaurante italiano y no todos la hacen», explica la propietaria de La Artesana de las Pastas Frescas, un obrador situado desde hace unos años en la avenida de los Guindos, en el distrito de carretera de Cádiz. Allí, después de varios avatares y hasta tres locales distintos desde que se aventurara en este negocio en 2007, cuenta con una equipo de tres personas más, entre los que se encuentra su hija, y una gran dosis de experiencia y amor por la cocina tradicional.

Dice el refranero español que «a quien cuece y amasa todo le pasa», lo que le viene como anillo al dedo a esta empresaria argentina, que vio como en los primeros años le costó especialmente arrancar con este negocio artesano, donde se abastece de materia prima andaluza para hacer la auténtica pasta fresca. Hoy cuenta con un repertorio que abruma por la variedad y la originalidad. No faltan los clásicos espaguetis, pero quienes deseen ahondar más en el recetario de pastas italianas y argentinas tienen todo un mundo para disfrutar de sabrosas experiencias: tortellinis con raviolis de espinacas, panzerottis de pera y queso de cabra, sorrentinos de ricota y nuez, tartaletas de espinacas y mozzarella, tagliatelles, bases de pizzas e incluso las masas de las típicas empanadas argentinas.

Muchas de esas referencias se congelan para que el cliente las pueda usar a su conveniencia en su casa, aunque también hay quienes acuden a las pastas recién hechas para cocinarlas frescas. El público que se acerca allí es de lo más variado: desde el curioso que desea salir de la zona de confort del espagueti y el macarrón hasta el deportista que busca cuidarse también con lo que come.

Eso sí, el fuerte de La Artesana de las Pastas Frescas está hoy en restaurantes, asadores de pollos y otros establecimientos a los que suministra distintas elaboraciones. «Repartimos hasta en Sotogrande (provincia de Cádiz)», apunta Elsa, orgullosa de haber conseguido que su pasión por la cocina y la pasta se haya plasmado hoy en su empresa. Hay incluso clientes de fuera de la provincia de Málaga a los que se envían las pastas congeladas por una mensajería especial para evitar que se rompa la cadena del frío.

A pesar de trabajar con masas y pastas que se asocian a la tradición culinaria argentina e italiana, en la entrada del negocio de Elsa reluce un distintivo de la marca promocional Sabor a Málaga, del que se siente muy orgullosa. No en vano, trabaja con muchos productos de la provincia o de otros puntos de Andalucía para hacer tanto la base de sus productos como los rellenos en el caso de raviolis o panzerottis. «Aquí hay de todo, no hay que buscar ningún producto fuera», añade la propietaria de La Artesana de las Pastas.

Elsa, quien recuerda cómo le influyó Karlos Arguiñano cuando estuvo en Argentina, no sólo tiene un negocio de alimentación sino un templo del auténtico sabor, el que muchas veces se pierde de vista por un estilo de vida apresurado. Pero, como saben sus clientes, hasta la pasta necesita de tiempo. Y eso que las suyas se hacen en tan sólo unos minutos.

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