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Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que LA Almazara es un edificio donde se elabora uno de los mejores aceites de la provincia. También podríamos decir, sin lugar a dudas, que es una vanguardista obra de arte diseñada por el arquitecto Philippe Starck. Y también podríamos decir, claramente, que es un lujoso complejo que ha puesto de moda el oleoturismo en la Serranía de Ronda y al que acuden todo tipo de personas buscando una experiencia de ocio diferencial.
LA Almazara se ubica a apenas unos kilómetros del centro de Ronda, en una finca de 26 hectáreas rodeada de olivos con hasta 800 años de antigüedad. En sus instalaciones se producen cada año 60.000 litros de aceite ecológico, sin ningún tipo de aditivos, y elaborado con aceitunas recolectadas en cosecha temprana, entre finales de septiembre y principios de noviembre.
A pesar de su estética rupturista, la historia de esta zona de producción se remonta 200 años atrás, cuando en la cercana Finca La Amarilla, entonces monasterio de monjas, se elaboraba un aceite de excelente calidad. En el año 2000, Starck, que era un verdadero enamorado de la zona, y Pedro Gómez de Baeza, de La Amarilla, se propusieron elaborar un aceite ecológico que compitiera a nivel mundial.
La primera cosecha comenzó a comercializarse en 2004, y el primer objetivo ya lo han cumplido: LA Organic (etiqueta con la que se comercializa el aceite) se exporta a más de 25 países de los cinco continentes y lo utilizan algunas de las compañías internacionales más famosas del planeta, como Starbucks o British Airlines.
Una vez puesta a punto la maquinaria, en 2018 pusieron en marcha el proyecto de oleoturismo y en octubre de 2024 se estrenó el edificio principal, hito final del proyecto liderado por el arquitecto francés. Según sus propios responsables, se trata de un complejo que «ha situado a Ronda en el mapa de la vanguardia artística con una obra de arte viviente que es un homenaje a la cultura oleica de la región, a la tradición rondeña y a sus gentes».
El edificio en sí está concebido como una enorme escultura de 900 metros cuadrados y 35 metros de altura, cuenta con un museo dedicado al AOVE, un auditorio con capacidad para cerca de un centenar de personas sentadas y proyecta la futura apertura de un restaurante con vistas a la Serranía. El complejo se completa con un cortijo concebido como hospedaje y un bar.
Para conocer de primera mano todos los entresijos del proyecto, visitamos el edificio principal con Jorge Amat, director de marketing de LA Almazara. Explica que Starck está absolutamente enamorado de Andalucía, de su luz y su grandeza, y por ello todos esos elementos están reflejados en el interior de la almazara.
El arquitecto francés la define como «un lugar insólito, increíble y milagroso donde el visitante puede disfrutar de una experiencia poderosa y radical que desafía y transforma. Es un cúmulo de misterios donde el respeto cristalizado del aceite de oliva se mezcla con la emoción». Para su creación ha utilizado diferentes técnicas que van desde el brutalismo del edificio (elaborado con acero corten y hormigón) hasta la austeridad en las formas y el surrealismo en las esculturas. A lo largo de todo el recorrido hay múltiples referencias a la tauromaquia, de hecho el edificio en su conjunto tiene forma de toro –en sus laterales hay un enorme cuerno, una figura que representa una oreja y un ojo de estética picassiana–.
Los visitantes acceden por la parte trasera y justo antes de entrar ya se encuentran la primera sorpresa: varios espejos colocados estratégicamente que reflejan la inmensidad del campo, del olivar y de uno mismo.
En el exterior del edificio principal, una enorme cascada de agua cae sobre la figura de un busto humano con la que el arquitecto quiere representar la idea de tribu, en referencia a la cantidad de civilizaciones que han ido transmitiendo sus conocimientos sobre el aceite desde que lo hicieran los sumerios, que fueron unos de los primeros en cultivar olivos y utilizar el oro líquido tanto para fines culinarios como medicinales. Ese mismo busto se replica en el interior del edificio con medidas colosales.
En el interior de la almazara la luz es tenue «para crear una atmósfera de alquimia en torno al aceite» y resaltar todas las esculturas y cuadros que hay en la parte museística, ya que la zona de producción se encuentra en un nivel inferior completamente aislada. En la entrada hay un gran cuadro del torero rondeño Pedro Romero como primer guiño a la tauromaquia, y en toda la superficie del techo se ha colocado un enorme retrato de la hija del diseñador, Ara Starck, aunque con innumerables referencias a la historia del territorio donde se encuentran.
Durante el recorrido se hace un amplio repaso por la historia del aceite de oliva a lo largo de los siglos y se destaca un retrato de Abbás Ibn Firnás, científico rondeño que fue precursor de la aeronáutica al crear una especie de ala delta con la que poder volar (alrededor del año 875), y una maqueta de su invento que sobrevuela el edificio. En la parte baja se encuentra el auditorio y el futuro restaurante con vistas a la Serranía.
La sala de máquinas de la almazara está situada en un nivel inferior, aunque es visible desde la planta baja gracias al suelo de cristal. En dicho espacio se elaboran cuatro variedades diferentes con aceitunas de la familia picual, hojiblanca, arbequina y picudo. Son todos de alta calidad, ya que entre otros premios han obtenido el Flos Olei a Mejor Aceite de Oliva Monovarietal y medalla de oro en los International Olive Oil Award Zurich. Aunque esto es sólo el principio.
La prestigiosa revista 'Time' ha incluido a LA Almazara en su lista Time's 2025 World's Greatest Places, un reconocimiento que marca la culminación de un proyecto que ha supuesto una auténtica revolución cultural en el panorama nacional. La versión actualizada de la guía anual de viajes reconoce a un centenar de establecimientos entre hoteles, museos, cruceros o restaurantes que ofrecen a los visitantes una experiencia extraordinaria no comparable a ninguna otra.
El CEO de LA Almazara, Santiago Muguiro, considera que este reconocimiento les llena de «emoción y de orgullo», ya que cuando pensaron en crear la primera almazara de autor del mundo nunca esperaron que «la acogida superase de esta manera nuestra expectativas. Se ha convertido en un proyecto al que la localidad de Ronda ha cogido muchísimo cariño y este nombramiento confiamos en que lo vivirán como propio».
LA Almazara no sólo es un lugar de producción ni un espacio en el que realizar una experiencia inmersiva en la cultura el aceite de oliva, sino que ofrece diferentes actividades que complementan la propuesta y cuyo broche se espera próximamente con la inauguración del restaurante del proyecto. Entre otras actividades, los asistentes tienen a su disposición catas, realizar actividades en familia, ofreciendo la posibilidad de apadrinar un olivo que transmita valores sostenibles a los más pequeños de la casa, pasar un día en familia con un picnic entre olivos o incluso alojarse en un cortijo andaluz del siglo XIX con inigualables vistas a la sierra de Ronda.
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Josemi Benítez
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Álvaro Soto | Madrid
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