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El calor busca acecharnos pero la gastronomía puede darnos un respiro. Los productos de temporada, y también las elaboraciones populares de estos meses más calurosos, son el punto de partida de platos que llegan a tener un lugar especial en los restaurantes.
Una de estas recetas es el ajoblanco, que a día de hoy, nos acompaña en muchísimas propuestas culinarias, no solo para tomarlo en un vaso, sino también para consumirlo con cuchara, o incluso como acompañamiento de un tartar de atún o de gamba. Esta sopa malagueña era el sustento de los trabajadores del campo. Sus ingredientes: aceite de oliva, pan duro y ajo, que le da el nombre, además de las almendras o, también, habas secas o piñones. Se acompañaba de lo que la temporada discurría en el campo, uvas, mango o chumbos. Nunca como guarnición, más bien, entre sorbo y sorbo de sopa, un trozo de cualquier fruta. Tal es su relevancia que el municipio de Almáchar dedica una fiesta al ajoblanco de almendras cada mes de septiembre.
La mazamorra es otra receta que emplea pan, vinagre, aceite, agua y ajo, y, según cuenta la historia, la base y el origen de variadas sopas. La cantidad de agua determina si se quiere más o menos espesa. Con la llegada del tomate se popularizó el salmorejo elaborado con tomate, pan de telera –pan blanco de miga esponjosa–, aceite de oliva virgen extra, ajo y sal, ingredientes imprescindibles para esta tradicional sopa cordobesa. Como guarnición, no puede faltar el huevo picado y el jamón serrano. En cambio, la porra antequerana, aunque varía según cada casa, añade pimiento a la mezcla. Estas elaboraciones se adaptan a cada región, creando una rica variedad y extendiendo el recetario popular.
Salmorejo, mazamorra, gazpacho, porra o zoque, por nombrar algunos. Prepárese para un suculento recorrido, desde Antequera hasta Marbella, por algunas casas que elaboran estas sopas emblemáticas con arraigo andaluz de una manera sencilla, algunas con un guiño, y, a la vez, sabrosas y nutritivas. Charo Carmona, Cristina Domínguez, Víctor Carracedo, Cristian Fernández y José Andrés Jiménez nos presentan cinco recetas donde la cuchara es imprescindible. Aunque sea verano.
Charo Carmona Arte de Cozina (Antequera)
1 litro de agua fría
Vinagre de Jerez reserva
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Manzana ácida
Pepino
«El aguaíllo es un gazpacho con mucha historia y tradición en nuestra zona, Antequera, ya que es bebida muy simple pero con un gran poder refrescante y reconstituyente de minerales, un auténtico suero natural perfecto para tomar en los días calurosos», comenta Carmona.
Para ello, en un bol, poner la manzana y el pepino cortado en dados pequeños. Aderezar con el vinagre, el aceite y la sal. A continuación, añadir el agua fría, remover y rectificar, si es necesario.
Servir en un vaso acompañando con unas hojas de hierbabuena.
Cristina Domínguez Caléndula (Torremolinos)
2 kg de naranjas
250 g de pan blanco
50 ml de aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo
Sal
Bacalao ahumado
Aceitunas negras
Aceite de oliva virgen extra
Exprimir las naranjas y sacar todo su zumo. En un bol, poner el pan cortado a trozos, los dientes de ajo, el aceite de oliva virgen extra, la sal y el zumo de las naranjas. Dejar que el pan empape con el líquido durante media hora y triturar con la ayuda de una batidora de mano.
Si es necesario, y dependiendo de la acidez de las naranjas, rectificar la porra con un toque de azúcar ya que hay veces que vienen muy fuertes y la porra no queda agradable. Reservar en la nevera.
Para el aceite de aceitunas negras, deshuesar las aceitunas y triturarlas con el aceite de oliva.
Disponer la porra en un plato sopero y terminar con el aceite de oliva de aceitunas negras y el bacalao ahumado. Decorar con unos germinados o unas hojas tiernas.
José Andrés Jiménez Almijara Casual Bar (Málaga)
1 kg de tomate pera
300 g de sandía sin pepitas
1 pimiento rojo
1 diente de ajo
200 ml de aceite de oliva virgen extra
Pan a gusto de textura sin corteza
30 g de queso feta
Sal a gusto
Langostinos
Aceite de oliva virgen extra
Ajos
Sal
Lavar bien los tomates y triturar junto a la sandía, el ajo y el pimiento rojo durante 5 minutos a toda potencia.
A continuación, añadir el aceite de oliva virgen extra y la sal, y volver a triturar hasta emulsionar por otros 8 minutos más. «Habitualmente, añado 200 mililitros de aceite ya que me gusta que esté presente en todas mis sopas frías», avisa José Andrés JIménez. Una vez todo triturado, enfriar durante unas horas en la nevera.
Para los langostinos al ajillo, pelarlos, retirar el intestino y picar en pequeños trozos. En una sartén, añadir el aceite de oliva y los ajos cortados en cubitos pequeños. Cuando estén dorados, añadir los langostinos y salar. Reservar en frío.
«Cada día, en Almijara, servimos el gazpacho en un mortero, ya que es la clásica vasija de toda la vida, o, como a mí me gusta llamarla, la thermomix de nuestras abuelas», explica Jiménez.Terminar con el tartar de langostinos por encima, el queso feta desmigado, los brotes tiernos y una pizca de sal negra de carbón.
Cristian Fernández Base 9 (Málaga)
150 g de pistachos pelados
380 g de agua mineral fría
120 g de miga de pan blanco
90 g de aceite de girasol
25 g de vinagre de vino o manzana
6 g de ajo pelado sin germen
4 g de sal
1 cabeza de ajo
250 ml aceite de oliva
Para la mazamorra, con la ayuda de un batidora, triturar todos los ingredientes durante 8 minutos aproximadamente hasta conseguir una crema muy fina y sin grumos. Como la procesaremos durante bastante tiempo, añadir el agua muy fría para evitar que la crema se caliente en exceso.
Probar y rectificar de sabor si es necesario. Pasar la crema por un colador de malla fina y reservar en frío durante dos horas como mínimo con el recipiente tapado o cubierto con film para que adquiera textura.
Una vez fría la mazamorra, probar nuevamente y poner a punto de sal y vinagre, si se desea.
Para el aceite de ajo, pelar los ajos y cortar en láminas finas. Disponer los ajos en una olla pequeña y cubrirlos con parte del aceite de oliva.
Confitar muy lentamente, a fuego muy bajo, durante unos 15 minutos. El ajo se irá oscureciendo poco a poco. Deberemos atender cuidadosamente para que no se tuesten demasiado, pues, de ser así, amargaría y estropearía el proceso. Una vez bien confitados los ajos, que resulten blandos y de un color marrón claro, retirar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente, hasta que el aceite deje de quemar.
Incorporar el resto del aceite, mezclar y reservar en un recipiente tapado, en frío.
Pelar la piña y cortar en cubos pequeños. Cortar las picotas a la mitad y retirar el hueso. Cortar la sardina ahumada longitudinalmente, para que resulten trozos alargados y no muy finos. Aliñar la piña con un poco de aceite de ajo y colocar en el centro del plato. Añadir la mazamorra de pistachos y, por encima, colocar las picotas, las sardinas y los pistachos. Terminar con el aceite de ajo y servir.
Víctor Carracedo Taberna Paladar (Marbella)
1 kg de tomate pera
1 diente de ajo
50 g de aceite de oliva virgen extra
10 g de vinagre de vino
250 g de pan blanco rústico
300 ml de agua
100 g de lomo de atún rojo
1 mango de la Axarquía
2 ramas de perejil
Sal
Una vez lavados los tomates, quitar el pedúnculo y hacerles una cruz con un cuchillo en la parte opuesta de la punta. Sumergirlos durante 30 segundos en agua hirviendo y enfriar rápidamente en agua con hielo para poder pelarlos.
Pelar el diente de ajo y retirar el germen. A continuación, mezclar todos los ingredientes a excepción del perejil, el atún y el mango.
Triturar hasta que la sopa quede totalmente homogénea. Rectificar de sal y guardar en la nevera para que enfrié muy bien. Es recomendable tomar el salmorejo a una temperatura entre 4 y 8 grados.
Cortar el lomo de atún en dados de un centímetro y reservarlo impregnándolo de aceite para evitar que se oxide. Pelar el mango y cortarlo en dados del mismo tamaño que el atún. Mezclar con el atún y el aceite añadido. Incorporar al salmorejo los recortes de cortar el mango ya que le aportará sus matices a la sopa. Volver a triturar.
Deshojar el perejil a modo decorativo, quedando un perfecto contraste con el color rojo del atún y el amarillo del mango de la Axarquía. Servir bien frío.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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