¿Volverá el fútbol? ¿Y cuándo?
Las dudas sobre la reanudación de la Liga son enormes en todos los clubes, y en el Málaga creen que habría que esperar al menos un mes
La gran duda para el aficionado es a día de hoy si volverá el fútbol en los tres meses y medio restantes de la temporada. ... Y, por supuesto, cuándo se producirá. Esa es también la incertidumbre de los profesionales (técnicos y jugadores), que ni siquiera tienen clara la fecha en que se producirá el regreso al trabajo y que dan por seguro que habría que esperar al menos un mes para volver a competir. La previsión apunta a mayo...
El Málaga tenía previsto un plan de trabajo que contemplaba seguir con la actividad habitual (en entrenamientos y descansos), pero el mismo viernes por la mañana distintos componentes de la plantilla incidieron en la necesidad de suspender el trabajo en el estadio Ciudad de Málaga o en La Rosaleda. Se trataba no sólo de protegerse de la expansión del coronavirus –tan factible en un grupo en el que el contacto es incuestionable–, sino también de proteger a sus familiares, a sus parejas y a sus hijos.
En este sentido, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) había remitido a sus más de diez mil afiliados y afiliadas un protocolo de actuación siguiendo las pautas marcadas en la guía laboral del Ministerio de Trabajo. En el punto titulado ‘Prevención de riesgos laborales’, en el primer punto, se hablaba de que las empresas deben «adoptar las medidas y dar las instrucciones necesarias para que, en caso de peligro grave e inminente, las personas trabajadoras puedan interrumpir su actividad y, si fuera necesario, abandonar de inmediato el lugar de trabajo». Y se añadía: «En aplicación de esta norma, las empresas deberán proceder a paralizar la actividad laboral en caso de que exista un riesgo de contagio por coronavirus en el centro de trabajo; ello, no obstante, la activación de medidas que permitan el desarrollo de la actividad laboral de forma alternativa».
Fuerza y resistencia
De este modo, los jugadores pasaron a trabajar en sus domicilios. Como explicaba en la edición de ayer de SUR el preparador físico del Málaga, Enrique Ruiz, las pautas que han recibido los jugadores tienen como objetivo «seguir con niveles altos de fuerza y resistencia»; es decir, que cuando se produzca el regreso a los entrenamientos cuenten con la base física adecuada. «Esto serviría para regresar el martes o, incluso, más adelante», subrayaba.
Sin embargo, nadie en el seno de la plantilla malaguista cree que el martes vaya a reanudarse el trabajo. Es más, las dudas sobre la continuación del campeonato son enormes en todos los clubes porque el estado de alarma decretado por el Gobierno afecta a todos al menos durante los próximos quince días y no es descartable que se prolongue si la expansión del coronavirus no se frena como se requiere.
Es por esa razón por la que en el equipo malaguista consideran que para volver a competir habría que esperar al menos un mes. Es más, se cree que la reanudación del campeonato llegaría en mayo. ¿Hasta qué punto sería factible condensar entre mayo y junio el resto de la competición, que en el caso de la Segunda División equivale a once jornadas? Y esta alternativa, conviene no olvidarlo, siempre y cuando quedara cancelada definitivamente o aplazada para el año que viene la Eurocopa. A día de hoy nadie apuesta por la celebración de este certamen de selecciones nacionales, máxime si se tiene en cuenta que en esta edición los encuentros se reparten hasta en 12 países (el partido inaugural, por ejemplo, está fijado en Italia) con el consiguiente riesgo por la constante circulación de personas entre las distintas naciones.
Pero, incluso si se produjera la cancelación o el aplazamiento de la Eurocopa, ¿hasta qué punto llegarían los futbolistas en el tono adecuado a mayo? Ahí precisamente se disparan las dudas de los propios profesionales, que son conscientes de que conforme pasen los días y el trabajo se limite a esas pautas en el propio domicilio el panorama se asemejará en exceso al periodo de vacaciones en verano, con lo que ello conlleva. Más allá del aspecto físico –que también–, tres o cuatro semanas conllevan una pérdida evidente de ritmo de competición y de la capacidad técnico-táctica. Por no hablar de que unos equipos pueden verse más afectados que otros si en algunos casos cuentan miembros que hayan dado positivo, y no simplemente que se encuentren en ‘reclusión domiciliaria’ por una mera precaución. El futuro de las competiciones no es más que el reflejo de la situación actual que vive la ciudadania, sumida en la incógnita de cuánto durará el parón por los efectos del coronavirus.
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