Adrián, de volante llegador a '9' fajador en el Málaga

En Santander Víctor tiró del sacrificio de Hugo, un extremo canterano potente, que se fajó con amor propio ante defensas más expertos y cuya porfía por llevarse el balón le otorgó alguna ocasión de peligro. Mientras, Adrián jugó donde más le gusta, de segundo punta, en el 4-4-1-1 con el que se situó pronto el equipo tras salir Luis Hernández del campo. Pero el sábado en Las Palmas le tocó olvidarse de su papel de volante llegador y hacer de 'nueve' fajador, donde apenas se le ha visto en su carrera. Quizás excepcionalmente justo antes de recalar en el cuadro de La Rosaleda, en la etapa en el Eibar, en alguna ocasión especial en la que Mendilibar apostó por él junto a otro atacante en su 4-4-2 puro.

A día de hoy Adrián es cada vez un jugador más valorado por la afición por su compromiso indudable, y que exhibe también en sus declaraciones. En su tercera campaña de blanquiazul, con contrato hasta 2021 y con muchas ganas de prolongar su carrera en tierras costasoleñas, cada vez se le recuerda menos como el hijo de Míchel, como sucedió en un curso aciago, con el descenso y en el que el técnico tuvo que dejar las riendas del equipo víctima de los pésimos resultados. Aquella fue una temporada que dejó secuelas importantes en el futbolista, ya olvidadas.

El tiempo ha obrado a favor del centrocampista, ahora reciclado a delantero en un arranque de temporada en el que no hay especialistas, pero se les espera. Adrián acabó la pasada campaña superando incluso a Blanco para situarse como máximo artillero malaguista, con diez dianas (frente a nueve del atacante argentino). Eso, pese a jugar muchos encuentros de medio centro y después de una segunda vuelta en la que se liberó más en el campo, en especial tras la llegada de Víctor.

En lo que va de temporada los goles siguen llegando la rúbrica de Adrián. Ha marcado los dos únicos que lleva el equipo hasta ahora: el de El Sardinero, a centro de Renato, y el de penalti ante Las Palmas, sabiendo enfrentarse a la presión añadida de más de dos minutos de demora por la consulta de Sagués Oscoz con la cabina del VOR para ratificar una pena máxima que precisamente propició él, con un fenomenal pase al espacio a Juanpi.

De lo que no cabe duda es de que Adrián se supo adaptar perfectamente el sábado a la labor propia de un 'nueve' de referencia. Sacó numerosas faltas a favor del equipo, se desmarcó para ofrecerse al remate, presionó la salida del balón –una de las mejores ocasiones partió de su acoso a Josep Martínez–, forzó alguna amonestación rival, tuvo visión de juego y asumió la responsabilidad más difícil, la de tirar un penalti importante, imponiendo galones ante Juanpi, objeto del penalti y que mostró una intención inicial de lanzar.

El servicio de Adrián como 'nueve' podría ser el último si no se dan circunstancias extrañas. Se confía en que Okazaki debute en Montilivi el domingo, en el campo de un claro aspirante al ascenso, el Girona. También se espera a Simón Moreno, hermano de Joselu (Oviedo), que fue cedido por el Villarreal al Almería este verano –marcó trece goles en Segunda B con el Villarreal B– y que se perfila como refuerzo inminente.

Mientras, ha resultado sintomático que Víctor nunca tirase de delanteros puros del filial o del juvenil. Aunque no había muchas opciones, no le ha temblado el pulso en hacer debutar a Ismael o Ramón, o a convocar a Gonzalo, en otras demarcaciones.