Vía Crucis (II parte)

Así las cosas, con la 'oferta' defensiva de los malaguistas, el partido se puso de cara con un extraño penalti que pudo ser tanto eso como falta del delantero, pero miren, no todo va a ser en contra, así que aceptada la máxima pena, Brandon volvió a ejecutarla con maestría, y el 0-1 nos ilusionaba, aunque sólo (que no es poco) en la victoria, porque peor no se puede jugar al fútbol. Ver al Málaga (y ya no digamos viajar con el equipo) es un acto de fe, porque se presupone que uno va a divertirse, a disfrutar; para nada. Pese al horror desplegado como juego, un falta botada por Vadillo fue rematada magníficamente por Juande. ¿El gol de la tranquilidad?Eso presuponíamos. El Amorebieta estaba tan descentrado por ir 0-2 contra un rival que no había hecho nada, que incluso soñamos con superar el 'gol average', pero... Eso, quedaba el Vía Crucis final: este Málaga sin rumbo se metió atrás, haciendo feliz las ideas súper defensivas de su técnico, y los locales (que juegan en un campo prestado) pensaron en el milagro, sobre todo cuando una tremenda pifia dio pie a que Orozco marcara el 1-2, Era el minuto 89, pero nos quedaban aún cinco de descuento que fueron ocho, y la sombra de Okazaki, aunque no había ningún ex, volvió a planear en la mente de los héroes hinchas del Málaga, lo único bueno de este club hundido en la miseria por la apatía de unos, la torpeza de otros y la nulidad del resto.