Málaga-Huesca, 18.30 horas

Esta vez sí, es la hora del Málaga

Dijo Sergio Pellicer en su comparecencia del sábado que se pierde «mucha energía» al estar pendientes de los resultados de los rivales, pero sencillamente no queda otra. La enorme desventaja ha obligado a aguardar hasta las once de la noche el viernes (por el Racing) y el sábado (por el Leganés), e incluso hoy lunes (por el Villarreal B). Se ha disparado la ilusión por un 'lunes mágico', con un triunfo propio y una derrota del filial amarillo en Burgos, en contraposición a aquel 'lunes negro' en el que la imposibilidad de inscribir a los fichajes (Okazaki y José Rodríguez) ratificó la hecatombe del club por su nefasta gestión.

La fe ha resucitado al malaguismo, que hoy vivirá un ambiente más cercano a aquella noche contra el Oporto que a la cita de los 'play-off' frente al Deportivo. Las entradas se agotaron a las primeras de cambio y hasta hubo que ingeniárselas para rescatar casi un millar más. Las tres victorias consecutivas (convincentes además) avalan ese crédito de la afición a un equipo que al fin ha despertado, gracias a la energía que transmite su entrenador y, cómo no, a la consolidación de un modelo de juego. Lástima que para esta fase decisiva pierda la batuta de Ramón ahora que había ofrecido ese liderazgo y esa verticalidad que tanto tiempo se habían demorado. Su lesión abre el abanico sobre recambios de distinto estilo, desde Jozabed (para mantener el control del partido) a Escassi o Genaro (para fortalecer la medular). Y en un momento en el que todos parecen dispuestos a sumar –consecuencia también de que casi todos los futbolistas rinden mejor con el viento a favor–, el técnico recupera a Luis Muñoz y Lago Junior.

Al Málaga no le queda más combinación que obtener al menos cuatro victorias en sus cinco últimos compromisos, así que no le vale otra que dar el primer paso frente al Huesca. La visita de este equipo obliga a mostrar cierto temor para todo fiel seguidor blanquiazul que se precie. La historia ofrece innumerables ejemplos de sonoros tropiezos (optemos por el término acuñado aquí, 'la petardá') cuando el adversario llega lastrado por una ejecutoria negativa. En este caso, el conjunto de Ziganda sólo ha ganado una vez a domicilio en toda la temporada, precisamente en el campo del anterior equipo del técnico navarro, el Oviedo (hace ya seis meses y medio). Y aún hay más: en la segunda vuelta lleva únicamente tres victorias (por ejemplo, dos menos que el Málaga). Incluso, un punto menos que los blanquiazules.

Pero, más que esos datos, debe prevalecer en los jugadores blanquiazules la certeza de que, esta vez sí, es la hora del Málaga. No queda margen para el término medio: o quedarse muy cerca de la permanencia o, en caso de tropiezo, verse casi sin opciones. Por eso el «Sí se puede» atronará en La Rosaleda desde dos horas antes.