El Málaga se conjura: «Hay que volver a ganar como sea»

Se han sucedido varias sonadas decepciones en el Málaga esta temporada, pero ninguna fue tan profunda a nivel interno como la que vivieron el pasado fin de semana tras perder contra el filial de la Real Sociedad. Lo confirman a SUR varias voces diferentes del vestuario, que ya hablan abiertamente del partido del próximo lunes contra el Cartagena (21.00 horas, en La Rosaleda) como una «auténtica final» donde «hay que ganar como sea».

Los jugadores son conscientes de que se les ha acabado el crédito del entorno blanquiazul y sólo valen hechos. En esta reflexión de los malaguistas han tomado la iniciativa los veteranos, que temen que los jóvenes no sepan asimilar las críticas y les atenacen, más aún, en un momento en que se necesita recuperar la confianza y volver a sentir que pueden ganarle a algún rival de la categoría. De ahí la necesidad de una conjura y de cerrar filas.

La impresión que supuso la idea de perder una gran ventaja con el descenso si le hubiese dado por ganar al Amorebieta el pasado lunes y los reproches del entorno (por redes sociales y en persona, como ocurrió el domingo con la protesta de medio centenar de aficionados que acudieron a La Rosaleda) metieron el miedo en el cuerpo a los malaguistas. Fue un golpe de atención que han intentado canalizar en el vestuario los capitanes, el entrenador y el director deportivo, este más encima ahora del día a día del equipo.

Pasados unos días, y con algo más de perspectiva por los malos resultados de los otros rivales en la zona de abajo, ha regresado un ambiente más distendido al entrenamiento. La voz cantante intenta convertir la presión en motivación y han calado ciertas ideas sobre el próximo partido, al que «hay que salir con espuma en la boca», argumentan. Tendrán que demostrarlo ante su afición, que en el mejor de los casos estará ahí para apretar y alentar, y en el peor de los escenarios, quizás algunos decidan pasar el festivo de Andalucía sin exponerse a emociones fuertes o desagradables.

Los jugadores del Málaga miran el calendario y la clasificación, más aún en este momento, y están concienciados de que un triunfo el lunes puede significar una victoria doble porque equipos de la zona roja se enfrentan a los favoritos para ascender. El Fuenlabrada visitará el campo del Almería y el Amorebieta jugará en el José Zorrilla de Valladolid. Poner tierra de por medio es clave en el próximo mes antes de afrontar después un calendario más exigente sobre el papel. Aún debe jugar contra aspirantes al ascenso en una etapa definitiva (Huesca, Girona, Valladolid y Eibar, entre otros).

Eso sí, en el Málaga apuntan que esta campaña están dando mejor cara contra equipos teoricamente superiores que con los de la parte baja. Quizás sea por la motivación extra, pero eso es un debate que no convendría plantear. Mucho mejor llegar al 'tourmalet' con los deberes medio completados. Son múltiples variantes que pululan en la mente de los malaguistas y sobre las que el club intenta que los jugadores no piensen demasiado. El cuerpo técnico se esmera en que lleguen al siguiente encuentro en el mejor punto físico y mental, sobre todo haciendo hincapié en lo segundo.

Con cuatro días aún por delante para preparar el partido, el Málaga cuenta con un grupo de 24 jugadores, entre los que figuran siete del filial. El entrenador, Natxo González, tiene margen para hacer cambios tras el chasco contra el 'Sanse' y los únicos lesionados con Juande, Luis Muñoz y Genaro. Aunque hay otros jugadores con dudas sobre su punto de forma, como Sekou (fue baja el sábado pasado) y Chavarría, que acaba de salir de una lesión. Este jueves, uno de los capitanes del equipo, Escassi, ofrecerá una rueda de prensa donde se espera que alimente el tono positivo en torno al club.

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