Versión 'equipo de pueblo'

Así no vamos a ningún lado. Málaga necesita un equipo entre los grandes y no en la medianía de la Segunda División. ¿A qué aspiramos con jugadas como la del 2-0 ó el 3-0?, y eso que salvo el primer gol local, o en la nefasta actuación defensiva, en la nulidad atacante, o en la mediocridad del centro del campo o en la nefasta gestión del banquillo. ¿Nos queremos conformar con esto? Pues, venga, a seguir así hasta que al fin alguien compre el club y ponga pie en pared, aunque quizás por ello haya tantas reticencias a dar datos, referencias y cifras desde el club, donde parece que apuntan a que todo siga igual.

Que no me vengan ahora los clanes de las redes sociales apaludiendo la gestión de unos y de otros, porque no. Este no es el Málaga que quiere Málaga, ni puede ser el equipo de pueblo en el que se transforma en cuanto sale de Las Pedrizas. Lo de Burgos, en especial el segundo tiempo, fue de auténtico esperpento, y es una pena. Se dilapidaron las dos victorias (afortunadas, no nos hagamos trampas al solitario) ante los equipos canarios, y bajamos la moral de golpe y porrazo a una grandísima afición que lo da todo, y más, por sus jugadores, por un equipo que recibe goles a diestro y siniestro en los lugares más insospechados. «¿Que viene el Málaga?; ¡qué bien, a ver cuántos les metemos...!» Esa es la frase que circula por los campos de Segunda. Una pena.