Triunfo del equipo y de la afición

Un gol de Roberto (señor Loren, no nos lo venda por Navidad) valió una victoria trabajada a conciencia, y hace que el Málaga sume 12 de 15 puntos, con ese lunar de Castalia, que esperemos no tengamos que lamentar al final.

El Linares recibió al Málaga como lo que es: un grande en esta categoría. Y se notó con la cautela que Óscar Fernández dispuso a sus jugadores, que apenas sobrepasaron en alguna ocasión a la poderosa zona central de los visitantes, lo que conllevó que Alfonso Herrero no tuviese ni una situación de peligro. Es verdad que los malagueños tampoco crearon ocasiones, pero en la única que tuvieron, un acertadísimo Roberto metió un golazo de cabeza superando a Samu Casado, que ni por asomo se esperaba la parábola que dibujó la pelota.

Nadie sabe a estas alturas lo que va a conseguir o no el Málaga, pero está claro que hay una labor de equipo que hemos echado en falta y de manera brutal estas dos últimas temporadas pasadas merced a los caprichos de Manolo Gaspar y su no menos caprichosa 'cueva', que alejaron a Pellicer del banquilo blanquiazul. Esta labor de equipo trabajado y solidario fue suficiente para maniatar a un voluntarioso Linares que no pudo demostrar ni una sola virtud digna de mencionar.

Aparte, el Málaga suma a su afición. Los 3.000 hinchas que se metieron entre pecho y espalda casi tres horas de carretera dieron una exhibición de amor y apoyo a sus colores, en un ambiente de deportividad propiciado por los jiennenses, a quienes deberían mirar los aficionados del Castellón de la primera jornada. Seguimos sumando ilusiones. Ojalá no nos la quiten los que todos conocemos; que dejen trabajar y punto.