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Mientras el Málaga avanza en la planificación (con operaciones confirmadas, cerradas o encarriladas), el tiempo juega en su contra. El 5 de octubre es la fecha límite en este atípico mercado veraniego, el último día en el que se podrá formalizar la inscripción de jugadores, y los plazos van a estar muy justos debido a las denuncias de varios jugadores ante su sindicato (la AFE) por los impagos de la temporada pasada y al periodo para la negociación del club con aquellos futbolistas incluidos en el expediente de regulación de empleo (EFE) y a los que realmente (porque no lo son todos) se pretende excluir de la plantilla.
El primer paso ya está dado. Según ha podido saber este periódico, los jugadores que tienen pendiente el cobro de sus haberes del ejercicio anterior ya han presentado sus denuncias ante la comisión mixta compuesta por ls AFE y LaLiga. Ahora el Málaga recibirá la correspondiente notificación de la asociación de clubes y desde entonces tendrá diez días para pagar. Es obligado aclarar que, a tenor del decreto 1006/85, siempre se trata de días naturales. En una situación complicada para el club debido a los efectos de la pandemia por el coronavirus –lo que ha mermado sus ingresos debido a que no se han vendido abonos–, la cantidad total es ciertamente respetable porque supera el millón y medio.
Mientras no se cancele esta deuda, el Málaga no podrá inscribir a nuevos jugadores –ni siquiera a Juande, ascendido desde el filial– y, en caso de que no lo haga en el periodo establecido, vería bloqueados sus derechos televisivos. En las oficinas de La Rosaleda se quiere transmitir tranquilidad sobre esta cuestión, pero el comunicado de la AFE fue contundente el martes, tras la reunión de sus emisarios primero con el administrador judicial, José María Muñoz, y un grupo amplio de jugadores en La Rosaleda (aquellos a los que se les comunicó el día anterior su inclusión en el ERE), y posteriormente con la plantilla al completo en el campo de la Federación. En esta última cita los futbolistas no ocultaron su malestar porque varios de ellos aceptaron retrasar el cobro de la deuda (incluso hasta en doce meses) para contribuir a la viabilidad de la entidad y días después figuraban en el ERE.
En el seno de la AFE destacan que Muñoz «no midió bien los tiempos» y creen que tal vez pensó que el plazo para las denuncias había concluido (en una temporada normal así habría sucedido). El caso es que el comienzo de Liga está a la vuelta de la esquina y, a menos que se paguen las denuncias de inmediato y se resuelva con celeridad la salida de los jugadores con fichas más altas incluidos en el ERE, se antoja complicado que LaLiga permita la inscripción –y por lo tanto, la participación– de los nuevos futbolistas en las primeras jornadas. El campeonato arrancará dentro de dos semanas (los días 12 y 13 de septiembre), así que esos encuentros quizá deba afrontarlos con algunos de los afectados. Otro apunte importante: como el Málaga tiene superado con creces el límite salarial (en más de 10 millones), para que alguno de los fichajes pudiera ser inscrito antes del primer partido deberían formalizarse salidas de varios futbolistas con fichas muy altas, una cuestión también complicada.
Como adelantó SUR el miércoles, Muñoz ha incluido en el ERE a todos los futbolistas profesionales, entre ellos aquellos con los que sí se cuenta (Tete y los dos fichajes hasta ese momento, Orlando Sá y Cristian), con la clara intención de que, si se van pactando salidas durante el periodo de negociación, siempre se cumpla el mínimo de diez en el proceso de despido colectivo. Los futbolistas le han expuesto al club que están dispuestos a sentarse a hablar sobre sus salidas si se retira el ERE.
Ahora bien, ¿tendrá margen el Málaga para resolver el ERE? De antemano conviene aclarar que las denuncias ante la AFE y ese expediente de despido colectivo no se solapan y que van por vías distintas. Es evidente que el club confía en que se produzcan acuerdos individuales, entre otras razones porque los futbolistas también deben encontrar otro equipo y, a medida que pasen los días, las dificultades para ello pueden multiplicarse.
Dado que el administrador judicial no tiene previsto retirar el ERE, los futbolistas afectados tienen una semana –desde que se comunica a la autoridad laboral, no a los afectados– para elegir a los tres representantes legales que mantendrán las tres reuniones con los representantes del club (serán miembros de la AFE), siempre con un intervalo de siete días. A continuación, el Málaga lo volverá a comunicar a la autoridad laboral (en un plazo de uno o dos días) y después comenzará la negociación durante 30 días. Es decir, según las fuentes consultadas, el proceso concluiría apenas tres o cuatro días antes de que se cierre el mercado.
¿Qué espera el Málaga? Que conforme pasen las fechas los futbolistas entiendan que deben buscarse equipo y planteen opciones para salir. De un lado, los jugadores están muy enfadados con las formas de Muñoz, pero por otro no quieren perjudicar al equipo. Argumentan que, cuando se procedió el ERE no deportivo (todavía en plena recta final de la Liga), el administrador les aseguró que no se tomaría esta medida con la plantilla. Por su parte, el representante judicial objeta que se ha visto obligado a ello al no quedar otra opción.
En cualquier caso, es necesario hacer hincapié en un detalle muy relevante: según la normativa de LaLiga, para que un jugador cause baja y deje de estar inscrito debe existir un acuerdo entre las partes o una resolución judicial. Es decir, el club no puede despedir por su cuenta a ninguno de los profesionales. Por eso el tiempo juega en contra del Málaga. Más allá del elevado coste de las denuncias por impagos y de los despidos que se produzcan.
El tiempo corre en contra del Málaga en el aspecto deportivo, pero también en su día a día desde un punto de vista económico. Los futbolistas que han sido incluidos en el ERE y a los que se pretende despedir (como SUR adelantó el lunes, once de ellos, aunque hayan sido incluidos todos los profesionales) tienen casi garantizadas casi tres nóminas. Aunque la temporada pasada se extendió hasta julio debido a los efectos de la pandemia, este ejercicio 2020-2021 comenzó con total normalidad en cuanto a los emolumentos de la plantilla profesional. Quiere esto decir que los jugadores tienen asegurado percibir julio, agosto y, presumiblemente por la duración del proceso de despido colectivo, septiembre. Es decir, independientemente de los pagos que el club debe afrontar a corto plazo por las denuncias y después por los acuerdos derivados del ERE, finalmente habrá abonado en muchos casos un 25 % de los emolumentos de los despedidos. Y en un cómputo global es otra cantidad importante...
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