La táctica de la épica

Lo curioso, y destacable, es que sean el mismo entrenador y casi los mismos jugadores (con alguna mejora, eso sí) los que ahora muestren esa cara que todos deseamos. Es un caso similar al del Barcelona, que tanto ha sorprendido a nivel nacional, ganando todo y además goleando. En uno y otro caso está por ver si ambos equipos son capaces de mantener el tipo. Lo que está claro es que esa actitud épica de los futbolistas influye decididamente en el rendimiento del equipo cuando las cosas se tuercen.

Lo más descollante y agradecido de este nuevo Málaga que celebramos es que a cada gol que encaja responde marcando otro y, además, pronto. Y eso se viene repitiendo desde el principio de esta temporada hasta el punto de que Alfonso Herrero para un penalti en el minuto 97 y vuelve a mantener invicto al equipo. Un premio, sin duda, por esa referida actitud de no darse por perdido y luchar con coraje hasta el pitido final. Así se ganan muchos partidos, y así se llega a la épica. Ojalá tenga Sergio Pellicer la capacidad suficiente para imbuir a todos sus jugadores de ese espíritu, antes llamado 'furia española'. Cierto es que sólo así se pueden ganar partidos, pero no obviamos la calidad de una plantilla, mitad adolescente, mitad de 'sabuesos' en esta Segunda. Lo deseable ahora es que este Málaga que nos ilusiona no pierda comba y el sábado en La Rosaleda podamos vivir otra jornada festiva, con tres puntos más. Y si no fuera así, que no decaigan los ánimos. Hay mucho camino por delante. Y la épica.