Suicidio en Albacete

El enorme desquicie que reina en el club ya ha descentrado por completo al equipo. Eso es el Málaga CF hoy, un guión de los hermanos Marx sin orden ni concierto. En Albacete, cuando el fútbol obraba el milagro, cuando el equipo tras un penoso ... comienzo se puso delante en el marcador, Luis Muñoz hizo un 'Esteban Burgos II' y se autoexpulsó, y ahí comenzó el principio del fin. Una pena porque esos 500 héroes de blanquiazul allí sentados no se merecían esa 'boutade' del capitán malacitano, como tampoco los miles y miles de malagueños que seguíamos el partido por televisión y no podíamos dar crédito. Pero ojo, siendo culpable de su acción, Luis Muñoz no es responsable del desquicie del club y del equipo: en el Málaga no hay orden ni concierto, ni se sabe quién manda, ni se sabe a dónde puñetas vamos. El Málaga es el mismo equipo que renueva a técnicos (en este caso del filial) sin director deportivo; el mismo equipo que sin estructura de mando ficha a un director general (a buenas horas, mangas verdes) que ni conoce el club ni la ciudad, y que llega sin saber si hay un dueño o no, o quién va a mandar de aquí a un mes, si es que alguna vez manda alguien. El Málaga es el único equipo en el que todos los miembros 'de abajo' ahora están arriba sin mérito reconocido ninguno, o que lleva seis entrenadores en poco más de un año. El Málaga es una locura, donde ya ni siquiera se sabe con quién están los pequeños accionistas, que como sigan así acabarán pidiendo la vuelta de Al-Thani... ¿Extraña con todo esto el 'harakiri' de Albacete? El Málaga va directo a regional ante la permisividad de todos menos de una afición que se cabrea y cada fin de semana se pone de mala leche por culpa de este equipo. Que Trujillo es un árbitro infame, lo sabemos todos, menos Luis Muñoz. Pero, ¿fue culpable el árbitro del despiporre defensivo de Caro y Ramalho? ¿O de la arriesgada apuesta por la zaga elegida por Pellicer?... Sea lo que sea lo que nos pase, nos lo hemos buscado. Ya sólo nos falta que el equipo baje a regional y la jueza le dé la razón al jeque...