Sólo vale el corazón

Los más viejos del lugar (entre los que me incluyo) han visto al Málaga de todas las hechuras. Lo han visto en una Tercera División en terrenos embarrados (enfangados se dice ahora) de pueblo en pueblo de nuestra Andalucía y lo hemos disfrutado viéndolo jugar y medirse en grandes estadios ante equipos europeos y pagando la novatada. En tiempos de normalidad el Málaga ha contado con los más destacados entrenadores de la época (Zamora, Helenio Herrera, Urquiri, Pasieguito, Marcel Domingo, Balmaña, Otto Bumbel, Joaquín Peiró, Pellegrini...) hasta el punto de que se llegó a soñar que el Málaga ya no se movería de Primera. Pero...

He aquí que un mal día nos llegó de Oriente, como salido de un cuento, un personaje maquiavélico que, con el señuelo de un equipo de Champions, acabó llevando al desastre a un club que, mejor o peor, iba saliendo adelante. Y ahí empezó todo. Ahí acabó una historia que años después sigue en manos de la Justicia con un bloqueo general que no permite arreglo alguno. Las reiteradas citas que no se cumplen, los continuos aplazamientos y alguna que otra injerencia nos llevan a temer que el tal elemento corrosivo pueda estar jugando con la Justicia española. Es lo que faltaba. Visto lo visto (no para sentencia pero sí para el recuerdo) y clasificado apuradamente para la lotería de los 'play-off', sólo queda felicitar al Castellón y al Deportivo con el deseo de que la próxima temporada podamos reencontrarnos en Segunda.