el mismo síntoma que cuando desapareció el c. d. málaga

Las cosas de Cañete ·

Aunque la economía y la situación son diferentes, especialmente por los ingresos televisivos, hay desunión. Y para empeorarlo, el propietario y sus mensajes...

Martes, 10 de abril 2018, 00:42

¡Vaya semanita! El propietario del paquete de acciones y presidente, a miles de kilómetros de La Rosaleda, echándole un pulso (?) a las autoridades, al tiempo que anuncia que no piensa regresar a nuestra ciudad. El equipo, desde hace 18 jornadas de 'farolillo rojo' en ... la clasificación. Y, enmedio, las flores del estadio: la afición, los malaguistas, la masa de jóvenes seguidores que en mayoría configuran los 25.000 abonados. Los que sienten, los que padecen, los que se emocionan y son agradecidos a los blanquiazules. No cabe más que recordar la pasada jornada del Villarreal. Animaron y vibraron de corazón por una simple victoria que servía de poco. La capital de la Costa del Sol y su entorno van mejorando. Los aficionados al fútbol, con el Málaga C. F. por bandera, más. En los 60-70, y los 80 en alguna ocasión, se llegó a los 20.000 socios. Sonó a milagro. Y después de que una plantilla malagueñizada, con Benítez en el banquillo, realizara notables campañas en Primera.

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O en la época de Viberti y Marcel, a pesar de los pesares. Aquellos seguidores eran exigentes y por su calidad de asociados tenían voto. Y para qué decir de la voz, con los escándalos que se producían en el campo de Martiricos, cuando traspasaban jugadores o el conjunto no funcionaba. El equipo de animación y de las broncas era el mismo. Según el estado de los marcadores. Conocí a un presidente, Moreno de Luna, siete temporadas al frente del club, que se arruinó por aportar y aportar, a pesar de las barbaridades que todo el campo le coreó en más de una ocasión.

Otros tiempos. Otras exigencias. El club era de Málaga y de sus socios. Hoy tiene propietario. Pero ahí están los Real Madrid, Athletic y Barça, que siguen a la antigua usanza. Los socios ponen y quitan presidentes. Lo que les decía: la masa social del Málaga en la actualidad es un bombón. Su amor al club es indeleble, desinteresado, como si estuviera en Champions. Entonces, ¿por qué la tratan mal los gestores que tarde o temprano la llevan al fondo del pozo? Y para empeorarlo, el propietario y sus mensajes. Hay desunión. El mismo síntoma que cuando desapareció el Club Deportivo Málaga. Aunque la economía y la situación son diferentes, especialmente por los fuertes ingresos actuales correspondientes a los derechos de televisión.

Y del 'decisivo' Deportivo-Málaga, ¿qué? Señores, ¿cómo estaban sus ánimos antes del partido? Se enfrentaron 'los mejores de la clase'. A lo largo de los 93 minutos de partido, los de casa y los nuestros, vestidos con el color de la naranja cachorreña de la tierra que están por los suelos, mostraron sus cualidades, escasas, y sus defectos... ¡Ozú! Nada nuevo en Riazor. Marcaron los locales, de penalti, a los seis minutos, y a defender. A Rubén, el portero que conocimos aquí, Mateu Lahoz lo amonestó verbalmente por pérdida de tiempo cuando no iba ni media hora de juego. El Málaga se dedicó a dominar, pero la portería parecía que estaba fuera del campo. Al filo del descanso empató con gol en propia puerta. No podía ser de otra manera. En la segunda mitad el 'Depor' se estiró hasta que puso el 2-1. Otra vez atrás y el empate a dos (buen gol, por cierto, de Rolan). A 5 minutos del final, Adrián, al que no quisieron este verano, marcó su segundo gol y colocó el 3-2 definitivo.

La conclusión la conoce usted mejor que yo: faltan 7 jornadas para el final. 21 puntos. Da igual. Ya no restamos los 17 de los nuestros de los que tiene el club que ocupa la cuarta plaza por la cola. No es cuestión de perder más tiempo. Como siempre comento: el movimiento, andando. Nada de despedidas de la categoría. A meter el hombro con dignidad y vergüenza en los partidos que completan el calendario. No queda otra. Yde cara al futuro, ¿quién le pone los cascabeles al gato?

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