Simbólico entrenamiento del Málaga en La Academia

Y fue una sesión de trabajo simbólica porque el conjunto malaguista que entrena Sergio Pellicer no se mudará todavía a La Academia y seguirá teniendo La Rosaleda como su cuartel general (apunta a ser así hasta que empiecen las obras de ampliación para el Mundial). No hace mucho que el estadio de Martiricos se equipó de todas las comodidades (se construyó un edificio, con cocina y comedor, que complementó al Anexo y las galerias interiores del campo).

Igualmente, la imagen de la primera plantilla llegando a la ciudad deportiva y entrenándose en la amplia pradera principal de la instalación quedará para el recuerdo. La expedición llegó en autobús alrededor de las 9.30 horas de la mañana procedentes de La Rosaleda, listos para bajarse, entrenarse y volver a Martiricos. La sesión de trabajo duró sobre una hora y media, y supuso el inicio de la segunda semana de la pretemporada.

No le dio tiempo a llegar al último fichaje, Luismi Sánchez, que casi a la vez estaba pasando reconocimiento médico en La Rosaleda. Tampoco estuvo el canterano Antoñito Cordero, afectado por un virus, según informó el Málaga. El resto del grupo realizó un entrenamiento que empezó con ejercicios con balón, prosiguió con un 'partidillo' en dimesiones reducidas y acabó con unas series de carrera continua. Los jugadores acabaron sudando la gota gorda, sobre todo cuando empezó a pegar fuerte el sol y el calor empezó a ser insoportable.

Trabajando en sus respectivas recuperaciones se quedaron en La Rosaleda Ramón, Haitam y Moussa. Para este martes, la plantilla está citada para una doble sesión de trabajo a las órdenes de Pellicer en las instalaciones de La Rosaleda. Será el momento de seguir aumentando la intensidad en la preparación física, que pasará a un siguiente nivel el fin de semana con la disputa del primer amistoso de la pretemporada, el sábado contra el Almería.