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Veintidós, veinte, veinte. No es un número de teléfono, ni las medidas de una modelo. Tampoco la clave de una caja fuerte. Se trata de las victorias, empates y derrotas en partidos oficiales ( en la Liga de Segunda y en la Copa del Rey) en ... la etapa actual de Sergio Pellicer al frente de la primera plantilla malaguista. Un balance equilibrado en plena economía de guerra, como la que ha sufrido este Málaga, aderezado con la pandemia, los contagios, el ERE a ocho jugadores y la sanción de LaLiga, que ha permitido sólo 18 fichas para competir al club del fútbol profesional en España con menor tope salarial.
En estas circunstancias se entiende una de las frases del técnico castellonense la noche del lunes, en sus primeras declaraciones tras confirmarse la segunda permanencia matemática lograda en su etapa, que coincide con la más delicada del club en este siglo: «Que celebremos una permanencia en Segunda en el Málaga a mucha gente le puede chocar, pero para nosotros es como si fuera un ascenso. Los recursos han sido los que han sido».
Los malaguistas de verdad conocen a Pellicer desde su etapa de jugador, un lateral derecho ofensivo llegado del Hércules en Segunda B en el ecuador de la temporada 1995-96. Completó una buena segunda vuelta y luego, aunque disputó casi todos los partidos, su nivel bajó en la 96-97. Su carrera no recoge grandes nombres: Mestalla, Hércules, Cádiz, Jaén, Gramenet, Onda, Alcalá y Vilajoyosa, antes de colgar las botas en el Eldense.
Como entrenador su bautizo fue en el humilde Campello y, tras un paso por el futbol formativo del Valencia y el Elche, llegó al Logroñés en la temporada 2010-11. Allí había segundo de Visnjic, con el que había coincidido de jugador en el Hércules. El Málaga se fijó en uno de sus exjugadores y en su incipiente carrera en los banquillos, y lo reclutó para el San Félix juvenil (2014-15). Al año siguiente dio el salto al juvenil de División de Honor del Málaga, que conquistó el prestigioso MIC en Girona y la Copa de Campeones en mayo en Vera, con una hornada con Samu Casado, David Ramos, Ontiveros, En-Nesyri o Kuki, entre otros, y eso le permitió en la campaña siguiente dirigir a los juveniles en la atractiva Champions Youth League, llegando a jugar en La Rosaleda los partidos de casa.
En diciembre de 2016 entró como ayudante de Marcelo 'Gato' Romero en el primer equipo, para aportar conocimiento, oficio y su buen hacer, en una estupenda labor cara al vestuario y en el trabajo de las acciones de estrategia, lo que hizo que se mantuviera en la etapa de Míchel y en la posterior con Jose González. Llegó incluso a dirigir un entrenamiento del equipo en el interludio entre uno y otro, a mediados de enero de 2018, pero al final de esa campaña dejó el club. Estuvo poco en paro, porque en octubre de ese mismo año aceptó la oferta del Fabril, el filial del Deportivo, penúltimo del grupo I de Segunda B, con Manuel Pablo de segundo.
Sin ser la primera opción, en la 2019-20 fue el elegido para tomar las riendas del Atlético Malagueño, en Tercera, en su regreso a Martiricos. La decisión, que entonces parecía no tener demasiada trascendencia, fue clave cara al futuro de la entidad. Pocos meses después, el 12 de enero de 2020 el Málaga despidió a Víctor Sánchez del Amo por motivos disciplinarios (tras su recordado incidente con el vídeo de contenido sexual que fue difundido sin su consentimiento) y pasó a dirigir los entrenamientos, aunque en un primer momento como interino.
Pero Pellicer cayo de pie en un equipo en crisis y con falta de confianza. Sumó cuatro de seis puntos al aterrizar. Debutó el 15 de enero en un 1-0 a la Ponferradina (gol de Antoñín), en la vigésima tercera jornada, la segunda tras el ecuador, y después se empató (0-0) en Fuenlabrada. Pero no fue hasta el 25 de febrero cuando el club, en una delicada situación, con la llegada de un administrador judicial, lo ratificó hasta el final de la temporada.
La derrota ante el Zaragoza (0-1) el 8 de marzo, con once jornadas pendientes, supuso afrontar el primero de sus grandes obstáculos en su periplo. La pandemia paró el campeonato. El equipo tenia 38 puntos y era decimoquinto, con sólo tres puntos de margen sobre la zona de descenso, y ya no se reanudó el torneo hasta el 12 de junio (1-3 del Huesca), con tres meses y cuatro días de pesadilla, con estrictos protocolos para volver progresivamente al trabajo y la duda acerca de cómo afectaría el parón a un equipo que encadenaba con Pellicer cuatro triunfos, tres empates y dos derrotas, un buen balance, aunque estaba casi en la misma situación clasificatoria que cuando tomó las riendas.
Entre medias, el 30 de mayo renovó por un año, lo que era un secreto a voces. Tras cierto sufrimiento inicial tras el regreso, el Málaga tomó velocidad de crucero. El 17 de julio, en la penúltima jornada, se logró la salvación matemática tras el 2-0 al Alcorcón (goles de Juanpi e Hicham). El equipo acabó decimocuarto el torneo, con tres victorias, seis empates y dos derrotas tras el confinamiento, y como el menos goleado de Segunda. En total fueron siete triunfos, nueve igualadas y cuatro derrotas con Pellicer en veinte partidos.
El de Nules encaró un final de verano terrible, con las dificultades para fichar, el ERE anunciado el 24 de agosto y que afectó al final a ocho jugadores (Juanpi, Luis Hernández, Pacheco, Rolón, Renato, Diego González, Boulahroud y Cecchini), la necesidad de encontrar acomodo al resto de fichas prohibitivas, y una plantilla nueva en la que sólo siguieron Juande, Luis Muñoz y Benkhemassa entre los dieciocho profesionales. Los ensayos de pretemporada y el debut liguero en Tenerife (2-0) fueron un calvario con alineaciones muy experimentales, pero los primeros triunfos fuera, donde el Málaga, por su estilo de juego, fue muy competitivo, dieron tranquilidad. Alternando un 4-1-4-1 y un 5-4-1, el equipo fue creciendo y llegó en un momento del torneo a soñar hasta con la sexta plaza, que da acceso a los 'play-off'. Incluso, en la Copa del Rey la imagen fue muy distinta a la de las últimas ediciones, con un rotundo 0-4 en la incómoda visita al Coruxo.
Pese a un mal arranque de 2021, el Málaga se ha movido toda la campaña en la zona media y virtualmente parecía salvado desde semanas atrás, aunque no ha sido hasta el domingo cuando la permanencia fue matemática, a cuatro partidos del final. Fue entonces cuando Pellicer ofreció la noticia más esperada, después de una sucesión de mensajes durante meses que cada vez encerraban más dudas sobre su continuidad. Pondrá fin a su etapa, con el mencionado 22-20-20, que no es un número de teléfono, ni las medidas de una modelo, ni tampoco la clave de una caja fuerte.
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