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Lleva cuatro partidos desde que aterrizó en el Racing de Santander (en los tres primeros aún militaba en el Valladolid) y en los cuatro ha sido titular. Durante toda la temporada pasada nunca llegó a encadenar más de tres consecutivos en el once inicial del ... Málaga. Sekou es la principal amenaza el próximo sábado para el conjunto blanquiazul en El Sardinero (16.15 horas). De completar una 'pretemporada' en la capital de la Costa del Sol ha pasado a estrella de uno de los conjuntos fundadores de la Liga.
El paso de Sekou por el Málaga fue un auténtico fiasco. Demasiado pronto el entonces entrenador, José Alberto, se temió lo peor con el hispanosenegalés mientras al mismo tiempo barruntaba que Chavarría no iba a estar en plena forma hasta, como muy pronto, el ecuador de la segunda vuelta. Pero el caso del futbolista cedido por el Valladolid fue más grave porque no sólo fue cuestión de aptitud, sino también de actitud.
Sekou estuvo de 'pretemporada' en el Málaga. Recaló en La Rosaleda después de estar ocho meses en el dique seco por sucesivas lesiones en su etapa en el Fuenlabrada. Después de empezar a un gran nivel (cinco goles en ocho partidos), primero sufrió en el entrenamiento del 20 de noviembre de 2020 una fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo y tuvo que ser operado, después recayó y hubo de pasar por el quirófano en enero de 2021, y finalmente, en mayo, su club confirmó una rotura miofascial en el recto anterior izquierdo. Al final sólo pudo participar en diez encuentros de Liga con el equipo madrileño.
A la espera de la recuperación de Chavarría, el director deportivo del Málaga, Manolo Gaspar, apostó por Sekou, que demasiado pronto hizo saltar las alarmas. Cedido por el Valladolid tras la tercera jornada, en la cuarta no pudo participar porque se lesionó… en el calentamiento. Hubo que esperar a la undécima para verlo titular, pero después de dos partidos sufrió un nuevo contratiempo. Las intermitencias en sus problemas físicos obligaron a echar el freno a la hora de apostar por él en el once inicial. Hubo que aguardar seis encuentros más para ello. Sucedió después de que el ariete marcara en los últimos minutos el gol del triunfo frente a Las Palmas (como es sabido, dirigido por Pepe Mel) de cabeza en un córner ensayado.
Sekou encadenó tres partidos seguidos como titular (frente al Burgos, Amorebieta y Eibar, este último con otro gol) y todo parecía marchar por buen camino. Pero ni por esas. A la semana siguiente, en el cierre de la primera vuelta, otra vez un puñado de minutos por las enésimas molestias y un partido más de parón. En la segunda vuelta su aportación se asemejó en exceso a la de Orlando Sá y fue lamentable: sólo jugó en 10 de los 21 partidos, dos de ellos como titular, en Oviedo y en el cierre ya intrascendente del campeonato en Lugo. Ya no sólo fue cuestión de problemas físicos, sino también de muy poca implicación. Y cuando el Málaga más lo necesitaba.
El fiasco en el conjunto blanquiazul provocó que esta temporada acabara en un recién ascendido, el Racing, y no en un equipo más consolidado de la categoría. Pero en el Racing parece volver a ser el que despuntó en el Almería y el que firmó un comienzo de Liga colosal con el Fuenlabrada. Se le ve sensiblemente más fino (sólo hay que ver la imagen que ilustra esta información) y eso le permite contar con más movilidad. No sólo saca partido a su físico y a su poderío aéreo, sino también a su potencia. Además, como se confiaba en el Málaga sin el más mínimo éxito, también juega para el equipo creando espacios para los futbolistas de la segunda línea.
Su 'pretemporada' en el Málaga le ha permitido a Sekou ser titular en los cuatro partidos desde que llevó al Racing –el último, incluso completo– y de momento cumple con creces con lo que se le pide. Marcó el primer gol del triunfo en Gijón (por 0-2) y el domingo, en Eibar, fue el protagonista del tanto cántabro (adjudicado a Arbilla en propia meta) y también tiró una vez al palo. Es la estrella del próximo rival del Málaga el sábado y la principal amenaza para los de Pepe Mel.
Mientras Sekou ha comenzado a un gran nivel en el Racing, el otro delantero profesional de la plantilla la pasada temporada, Chavarría, al fin toma aire. La grave lesión de rodilla le dejó entonces sin apenas participación, sólo con minutos a cuentagotas y desde luego sin el tono físico adecuado para sumar en los momentos más comprometidos. Renovado por dos temporadas tras romperse el cruzado, este verano parecía fuera del club porque no entraba en los planes. No era el tipo de delantero que Pablo Guede buscaba para su plantilla. Y aunque a última hora se tanteó al zaragocista Narváez, ya para entonces se daba por segura su continuidad. El punto argentino se ha revitalizado anímicamente después de la confianza mostrada en él por el nuevo entrenador. Bien es cierto que fue situado por Mel como extremo en la derecha (en sustitución de Hervías), algo que parece chirriar sobre sus condiciones pese a que es un futbolista que tiende mucho a caer a la banda. Pero ese gesto, junto al detalle de que esta vez fue el primer cambio con Ramón (apenas iniciada la segunda parte, en el minuto 52) y no un recurso de emergencia, supone un espaldarazo anímico para el futbolista.
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