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El Málaga necesita elevar el nivel para convertir en victorias lo que acaban siendo empates sobre la bocina o derrotas por la mínima. Son conscientes en el propio vestuario, donde una de las figuras más respetadas, el veterano Rubén Castro, es el primero en hacer ... autocrítica y exigirse más. Aunque es el máximo goleador del equipo con cinco tantos, no está satisfecho porque sabe que puede y debe dar más para cubrir las expectativas generadas con su fichaje. Así lo expresó el delantero canario tras el encuentro ante el Tenerife, donde hizo el gol del empate para amarrar un punto en los minutos finales del encuentro.
«Algo es algo, pero creo que el equipo mereció más. Me quedo con la actitud de los compañeros y con la implicación de la afición. La verdad es que nunca me ha costado tanto marcar goles, pero lo estoy intentando y haciendo todo lo posible. Hemos empezado el año bien y espero que sigamos creciendo», reaccionó en un primer momento al sentarse en la sala de prensa de La Rosaleda, algo exhausto por el esfuerzo y la tensión vivida durante el partido. Las pulsaciones rozaron su máximo cuando anotó el 1-1, que previamente fue anulado por el colegiado, el vasco González Esteban, pero que luego se validó gracias a la revisión con el VAR.
«Encima que me cuesta marcar me lo querían quitar. En el campo habían dicho que estaba en fuera de juego Fran Sol al interceder en la trayectoria, pero al final se ve que estaba más alejado de la jugada y nos han dado el gol y ha servido para empatar», describió el ariete de 41 años que está muy cerca de convertirse en el mejor goleador de todos los tiempos del fútbol español superando a una leyenda como fue el asturiano Quini. «Ya sólo me queda un gol más para el récord y lo tengo en mente, aunque es cierto que estas cosas quedan un poco al lado por la situación actual del equipo», comentó sobre esta meta que tiene entre ceja y ceja. Y desde el principio dijo que venía al Málaga para conseguirlo.
Pero lo que no se esperaba es que se le iba a atascar más de la cuenta su objetivo goleador. Venía de dos temporadas consecutivas en el Cartagena rondando los 20 tantos por curso y como blanquiazul se ha encontrado con una coyuntura inesperada. De mirar hacia al ascenso en su presentación en verano ha pasado a verse en el barro por la lucha de la permanencia. Puede ser que tampoco el equipo le haya ayudado a dar su mejor versión, pero Rubén Castro desmiente eso y prefiere ser autocrítico.
«No me quejo de no recibir pases porque estoy teniendo muchas ocasiones de gol. Soy yo el que estoy fallando las que antes metía y espero que en la segunda vuelta pueda marcar muchos más goles», expresó con la convicción del que pretende hacer borrón y cuenta nueva ante la apertura de otra fase, en este caso la definitiva de la competición.
«Creo que estamos poniendo todo de nuestra parte para conseguir la victoria, pero nos está costando. Aún así confío porque creo que lo hemos hecho casi todo para ganar (en referencia al partido contra el Tenerife) y seguiremos por esa línea», prosiguió Rubén Castro en su comparecencia, donde también fue cuestionado por el papel de la afición en los partidos en casa y sobre el entrenador, Pepe Mel.
En cuanto a lo primero declaró que «a los seguidores no les estamos dando alegrías y aún así vienen al campo cada partido. Espero que podamos darle más alegrías a partir de ahora, es fundamental no dejar escapar puntos en La Rosaleda». Por otro lado, de Pepe Mel comentó que «es mi padre deportivo, siempre confía en mí y me pone a jugar, y yo espero poder responder con goles en la segunda vuelta». Así de sencillo y directo, como su clásico gesto de controlar y encañonar la portería rival que este curso está teniendo menos efectividad por el momento.
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