La Rosaleda recupera su esplendor

La Rosaleda colgó este domingo, por segunda vez en la temporada, el cartel de 'No hay billetes'. Ocurrió anteriormente frente al Real Madrid Castilla, en el mes de octubre, cuando acudieron al campo de Martiricos 25.561 espectadores. No se batieron esos números ante el Decano, que registró la segunda mejor del curso con alrededor de 400 espectadores menos en sus localidades. En total, 25.180 aficionados, de los cuales algo menos de dos millares representaron al cuadro onubense, que llenaron la zona visitante, en la curva que conecta el Fondo Norte y Preferencia. El Málaga cuenta con un total de nueve partidos en los que se superó la barrera de los 20.000.

La hora previa al arranque del choque fue una pista de lo que se vería después dentro del campo. Aunque costara diferenciar a ambas hinchadas por sus colores (ambas de blanquiazul), se pudo apreciar a una gran cantidad de aficionados onubenses. El Málaga vivió otro desembarco en masa, aunque en esta ocasión desde otra perspectiva. La Rosaleda lució un colorido espectacular, en un día en el que acompañó el resultado y también la cara mostrada por el equipo.

No exento de protestas, el Fondo Sur 1904 expresó en sociedad su descontento con la administración judicial del Málaga tras el cominicado emitido esta semana, pidiendo la dimisión de José María Muñoz hasta en dos ocasiones. Primero, antes del descanso, alzando al cielo de Martiricos pancartas con billetes de 500 euros y la cara del administrador judicial dentro. Después, en la segunda parte, repitiendo sus cánticos, aunque cambiando de pancarta: esta vez sacaron una en la que se leía: «Los 7 pecados capitales de José María» y otras siete pancartas, más pequeñas, para apoyar en el mensaje en las que se podía leer cada uno de los pecados capitales según la religión. La megafonía del estadio recordó, hasta en dos ocasiones, que la Ley del Deporte prohíbe cualquier tipo de expresión de violencia u odio. El malaguismo silbaba y pitaba cada vez que entraba la megafonía.

La convivencia entre hinchadas fue pacífica, tanto en la previa como dentro del estadio. Sin intercambio de cánticos. Los onubenses se intentaron hacer notar algo más de la cuenta en el momento del himno, cuando entonaron su 'Recre, Recre' a la vez que La Rosaleda cumplía con su habitual costumbre previa al inicio de los partidos. El malaguismo subió el volumen para que su himno se acabara imponiendo. La sensación es que fue el partido donde más rugió La Rosaleda.

Alegría y cánticos al final. La afición del Recreativo se apagó con el paso de los minutos, a la inversa que la del Málaga, que concluyó con su himno a capela, con el cántico de moda, el de la gitana y las cartas, y con los 'olés', ya en el descuento, cuando sus jugadores se pasaban la pelota entre ellos. Los jugadores aplaudieron a la afición cuando terminó el partido para redondear una jornada festiva que se trasaldó de la grada al campo y a la tabla clasificatoria.