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«¿Marcar 15 goles? Me encantaría. Estaría de lujo». Estas palabras de Roberto, en una entrevista a este periódico a finales de septiembre, fueron ... la respuesta a una pregunta clásica a los delanteros, sobre todo si están en racha. A día de hoy se puede decir que fueron totalmente premonitorias. Queda una jornada liguera y el atacante de Puente Genil ya ha clavado la cifra, si es que no la mejora.
Con 17 dianas: Pau Víctor (Barcelona B).
Con 16: Jesús de Miguel (Castellón).
Con 15: Roberto (Málaga).
Con 13: Alfon (Celta B), Antonio Casas (Córdoba) y Luismi Redondo (Antequera).
Porque otro de los retos en este final liguero va a ser alcanzar el Pichichi de la categoría, algo que el malaguista tiene a tiro, a dos tantos de Pau Víctor (Barcelona B) y a uno de Jesús de Miguel (Castellón). Quién sabe si ese compromiso final en el Alfredo di Stéfano (sábado, 19.00 horas) eleva a lo más alto al pontanés, que totaliza más del doble de dianas que la pasada campaña en la categoría, entonces cedido en el filial del Barcelona, que ahora curiosamente podría ser el rival de los de La Rosaleda en el arranque de los 'play-off'. Entonces, incluyendo también las semifinales de la fase de ascenso, marcó siete goles en 2.298 minutos. Ahora totaliza quince en 2.647.
El salto cuantitativo y cualitativo es notorio. No cabe duda de que la respuesta de Roberto ha sido una sorpresa, porque se presuponía que Dioni sería el referente goleador en la plantilla, pero el canterano, dotado de una gran capacidad de trabajo sin balón, relegó al veterano malagueño, el líder histórico de dianas en el tercer escalón de fútbol español, que se situó más atrás y que con el paso de las semanas incluso se convirtió en un suplente habitual, con minutos durante el tramo final de los partidos.
La progresión de Roberto le ha acercado más al rol de 'nueve' puro, cuando en su irrupción en el primer equipo malaguista sus características eran más propias de un segundo punta, aunque estaba dotado de un buen juego aéreo. El trabajo desarrollado estos meses con el jugador y la confianza adquirida con sus goles le ha llevado a mejorar en sus movimientos de desmarque, ganar en sentido de la colocación y de la anticipación, y ejecutar muchos más remates de primeras, aunque el Málaga encuentra muchas veces dificultades, por sus limitaciones en el juego, para conectar con él.
Roberto ha mutado en un jugador oportunista, que no necesita tanto para ver puerta, que puede ser decisivo sin aparecer demasiado en el juego, e incluso con la calma necesaria de los grandes delanteros en la definición, como se pudo comprobar este sábado en el primer gol al Antequera, el decimoquinto de su cuenta, unos tantos administrados con regularidad todos estos meses, pues sólo una vez marcó por partida doble (en el 3-0 al Baleares).
A día de hoy, con sólo 21 años, qué duda cabe de que se ha convertido en una pieza muy cotizada. Acaba contrato y se da por hecho que no seguiría en el equipo si este no consumara su ascenso a Segunda, pero de lograrlo eso podría valer también su continuidad como uno de los pilares del próximo proyecto deportivo. Roberto, titular en 29 de los 37 partidos, porque se tuvo que perder cuatro, uno por sanción (ante el Mérida) y tres por lesión (en Alcoy y en Sanlúcar y, en casa, contra el Ibiza), es la esperanza ahora del malaguismo cara a superar las dos temidas eliminatorias de los 'play-off'.
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