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Antes del Málaga-Algeciras se sabía que la situación, por las bajas, era más complicada que nunca esta campaña, pero en los minutos previos al ... encuentro se conocieron dos ausencias nuevas, las de Juanpe y Víctor García. Lo que elevó a diez el número de futbolistas del primer equipo que se perdían el partido, algo realmente alarmante para un compromiso en el que los blanquiazules necesitaban vencer a toda costa. Aunque lo peor de todo apareció al final del envite, cuando el conjunto de Martiricos afrontó los diez últimos minutos con un riesgo máximo debido a que disponía de sólo siete profesionales sobre el terreno de juego, que es el mínimo, al borde claramente de la alineación indebida.
La expulsión de Genaro durante el descanso fue el primer palo serio para el Málaga este domingo, pues se quedaba el canterano Izan Merino como único medio centro específico, al que acompañó a partir de entonces Larrubia, en este caso situado ya por el interior. El dominio malaguista, de esta manera, descendió, pero no se observaban demasiados cambios debido a que los dos equipos se habían quedado con un hombre menos a la vez (los blanquiazules, sin embargo, salían perdiendo por la posición del jugador que vio la roja).
Aquí mantenía Pellicer a ocho profesionales sobre el campo, lo que dejaba abierta cualquier contingencia que apareciera. Pero al final del choque ocurrió algo inesperado, pues otro de los futbolistas de la primera plantilla tuvo que abandonar el partido, como fue el caso de Dioni, que vio la segunda amarilla. En este caso el Málaga iba ya 2-0 por delante en el marcador, pero se quedaba con los siete imprescindibles, lo que suponía un riesgo añadido.
Pellicer disponía de Bilal en el banquillo, que tiene ficha con el primer equipo, lo que le hubiera permitido sustituir a alguno de los dos canteranos sobre el campo, que en ese momento eran Izan Merino y Antoñito, pero la situación se complicó al marcar de inmediato el Algeciras, lo que estaba poniendo ya en peligro el resultado del partido y el imprescindible triunfo. De ahí que Pellicer no tuviera más remedio que esperar algunos minutos con sólo siete hombres para salvaguardar el marcador con los jugadores que estaban sobre el terreno de juego, sin introducir una variante de resultados imprevisible.
Poco después, en los instantes finales, Bilal salió ya a la banda para ser sustituido por uno de los canteranos, pero la jugada se alargó de una forma considerable y el colegiado pitó el final del choque sin que entrara el joven lateral. El Málaga, tras todo lo sucedido, pudo salvar 'los muebles' en un momento complicado, pero con un riesgo importante. Unos minutos antes, además, el entrenador hizo dos sustituciones en las que finalmente dejó el mismo número de profesionales sobre el terreno de juego, cambiando en este sentido a Antoñito por Murillo.
Pellicer, en cualquier caso, tiene bastante experiencia en el propio Málaga con estos asuntos, pues es conocido el gran problema que tuvo años atrás el club con las fichas de jugadores. Con pocos profesionales, los malabarismos eran casi permanentes, un partido tras otro en el límite de la alineación indebida. De ahí que no ocurriera nada, pero sí debe suponer un aviso para el club a la hora de retocar la plantilla cara a la segunda vuelta del campeonato, pues la disponibilidad de jugadores debe ser mayor. Al margen de las lesiones que vayan apareciendo, será fundamental sustituir las fichas de aquellos que no podrán tener participación a largo plazo.
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