Y es que la situación del Reus es extraordinaria, alcanzando este último mes su punto más caliente, y no se espera aún nada que rebaje el suflé. Acosado por el límite salarial más bajo de la competición no pudo inscribir a varios jugadores en verano, como los casos de Tito, Yoda o Issac Cuenca (estos últimos siguen aún entrenándose sin ficha). Pero los problemas económicos eran más serios de lo que parecía, la deuda de la entidad cuyo propietario es Joan Oliver, alcanza algo más de los cinco millones y eso provocó un retraso de tres meses en el pago de las nóminas de los jugadores y parte del personal del club.
El problema se enquistó hasta el punto de haber podido desaparecer el pasado mes de diciembre.Una maniobra del dueño, Oliver (es un economista que fue directivo del FC Barcelona y entre otras ocupaciones dirigió la cadena TV3), sirvió de parche para prolongar la supervivencia del club. Según fuentes del entorno de la entidad, el dinero utilizado para pagar a sólo once jugadores de la primera plantilla, lo justo y necesario para seguir, fueron recursos personales y de amigos. Así está la cosa. Se supone que había un comprador, pero de momento, humo.
Todo esto ha dejado al equipo en un estado límite, con apenas 12 fichas profesionales en su primera plantilla tras la salida de cinco de sus fijos en el once titular (Badía, Mikel Villanueva, Moore, Carbià y Lékic). Y pueden quedarse en 10 porque el próximo martes 8, salvo solución, tienen pensado irse Querol y Olmo.
El actual plantel podría resumirse así: Pol Freixanet (fue canterano del Málaga y llegó a ser tercer portero del primer equipo) como único portero, Ángel Bastos y Borja Herrera, laterales; Catena (ex del Marbella) como único central; Mario Ortiz, Juan Domínguez, Gustavo Ledes y Álex Carbonell, mediocentros, y Ricardo Vaz y Miguel Linares, los únicos atacantes.
Esto debe complementarse con canteranos, algunos de ellos son fijos en el primer equipo como el ex del Atlético Malagueño, Alfred Planas, o Gonzalo Pereira y Rubén Enri. El sistema que puedan utilizar es una incógnita. Los precedentes indican que al entrenador, Xabier Bartolo, le gusta implantar su 4-3-3, que mezcla carácter ofensivo con el defensivo, pero en este punto, sin ni siquiera jugadores para todas las demarcaciones, supondrá una sorpresa el esquema titular en Málaga.
El entrenador, Bartolo, un incombustible
Es el principal sostén de la plantilla en estos momentos, no ha escapado como cabía esperar ante esta dramática situación y en el vestuario es el único en quien confía. Xabier Bartolo Moliné (07/10/1968, 50 años, Lleida) cogió las riendas del Reus a finales de la temporada pasada con la marcha de López Garai, actual entrenador del Numancia. Hasta ese momento era el segundo de Aritz y su transición a jefe primero fue natural. Pronto logró el beneplácito de la afición al querer implantar un juego ofensivo y mejorar la solidez del sistema. Lo consideran un hombre perfecto para crecer en la categoría, aunque ese objetivo ahora queda relegado.
Su misión actual es intentar gestionar una plantilla llena de dudas, a medias y que apenas tiene recursos y juega obviamente en inferioridad de condiciones. Se le han ido cinco jugadores titulares y va camino de que sean siete la próxima semana. Conoce bien la cantera y con ella intenta tapar huecos, algo que ha tenido que hacer desde el inicio de temporada porque la lista de jugadores ya era corta, tan solo 18 efectivos. A pesar de todas estas contradicciones siempre ha confiado en el resurgir del club y a pesar de que también es uno de los afectados en los impagos, no ha desistido en dejar su primera experiencia como entrenador.