El recibimiento de la afición del Málaga, deslucido por las fuertes medidas de seguridad

Es el partido más importante de la temporada para el Málaga en La Rosaleda y la ciudad actuó como tal, que esta tarde de sábado lució más blanquiazul que nunca. Los aficionados se congregaron, como viene siendo habitual, en las inmediaciones de La Rosaleda, aunque en los dos últimos partidos del curso en casa con algo más de antelación que otrora. El itinerario que presentó la previa fue muy especial.

Arrancó con un desfile atípico en días de fútbol, aunque de sobra familiar para los malagueños. Tuvo su magia y su 'pellizco'. La banda de Cornetas y Tambores del Cautivo desfiló por la Avenida de la Palmilla a dos horas y media del inicio del partido. Interpretaron el himno del Málaga, el 'Será porque te amo' y la canción de moda este curso para el malaguismo, la de la gitana y las cartas. Los aficionados, que observaron el desfile tras el cordón policial, acompañaron las melodías con su correspondiente letra, alzando sus bufandas al cielo de Málaga. Este elenco de músicos volvió a tocar en el césped, a una hora del arranque del partido, para interpretar las mismas melodías por segunda vez en la jornada.

A diferencia del sábado pasado, los miles de malaguistas presentes en la recta de Tribuna sólo pudieron ocupar uno de los carriles y la mediana hasta que pasó el autobús. Un cordón policial y patrullas de caballería evitaron que la afición se echara encima del autocar. Una medida inédita que deslució el recibimiento y que no ha sentado bien entre los aficionados. Más allá, la marea blanquiazul llegó hasta la Avenida Luis Buñuel (la perpendicular) para alentar a sus jugadores a dos horas del arranque de la gran cita. La imagen aérea es espectacular.

Bengalas, humo y los cánticos de siempre para acompañar al equipo desde la carretera. La afición volvió a hacerse con el carril cortado cuando los jugadores llegaron al estadio para devolver todo a la normalidad más absoluta. Y desde hora y media antes de que la pelota eche a rodar, también un 'fotocall' con SuperBoke a la altura de la tienda para los más pequeños.

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