Ramón se doctora en un gran partido y con un extraordinario golpeo 'a lo Aráez'

Los aficionados más veteranos del Málaga aún mantendrán fresco en la memoria aquel prodigioso golpeo de Aráez en las faltas laterales. Y probablemente ayer recordaran aquellas acciones que se esperaban con expectación en la grada, con la plena convicción de que la pelota acabaría en la escuadra, porque el disparo de Ramón que sorprendió a Whalley y supuso el 0-1 en Castalia en el minuto 18 y el triunfo fue casi calcado. Esa fue la acción que hizo brillar al centrocampista, pero su actuación por delante de la defensa contribuyó a su doctorado en el fútbol profesional.

Incorporado como extremo, Aráez se convirtió en la segunda mitad de los 70 en un recurso ofensivo más. Así nació el «Ahora, ahora, ahora...» que atronó tantos años en La Rosaleda en los córners. Los futbolistas del Málaga buscaban forzar la falta en el vértice del área en la zona de Tribuna y Gol o en el de Preferencia y Fondo. Y allí se dirigían Aráez, a golpear, y los posibles rematadores, como señuelos. Porque el madrileño golpeaba con fuerza con el exterior de su pie derecho y sorprendía con un remate a la escuadra del primer palo mientras el guardameta de turno aguardaba en el centro del marco, a la espera de que algún futbolista blanquiazul cabeceara el centro.

El golpeo de Ramón ayer en Castalia fue similar. Irrumpió por la banda izquierda y golpeó con el exterior de la derecha para que el balón cogiera 'comba', pero fue tan seco el toque que no se abrió lo suficiente, sino que cogió portería. Y Whalley, como aquellos porteros que esperaban el centro de Aráez, no tuvo tiempo para reaccionar.

El excelente gol no puede eclipsar la notable actuación de Ramón, porque estuvo a un gran nivel por delante de la defensa. Pese a que posiblemente es el menos dotado para la contención de los tres centrocampistas elegidos por Pellicer para la cita en Castellón (los otros eran Benkhemassa y Cristian), fue clave en la salida de la pelota y además se ofreció continuamente para desahogar el juego e incluso para hacer coberturas. Su capacidad para interpretar el fútbol impidió también que el rival robara arriba, por lo que la presión local fue totalmente ineficaz. Ni siquiera en los momentos de más insistencia del Castellón perdió la compostura.

Tras el partido, en declaraciones a Gol, el joven centrocampista de Órgiva (Granada) relató cómo se produjo la jugada del primer gol del Málaga esta temporada: «Fue en un rechace en un córner. He robado la pelota al contrario, he avanzado y he buscado el segundo palo con el exterior y por suerte he metido gol».

Es obligado apuntar que el joven canterano malaguista suele emplear el exterior como un recurso más en su juego, como bien saben los que han coincidido con él como compañeros o entrenadores y también aquellos aficionados que lo han visto jugar con asiduidad en los equipos de la cantera blanquiazul.

Ayer Ramón no podía ocultar su felicidad por el esfuerzo colectivo: «Estoy muy contento, y más por el trabajo del equipo». Pero más, mucho más por haberse estrenado como goleador en el Málaga a nivel profesional. No hizo falta más que ver su celebración, tan emotiva como llamativa. «En mi vida me habría imaginado marcar un gol con el primer equipo», confesó. El granadino se doctoró en Castalia con una gran actuación.