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Ni Genaro ni Escassi ni N'Diaye. Ni siquiera Luis Muñoz. El Málaga ha encontrado los dos últimos partidos para la posición de medio defensivo al futbolista que precisamente luce el 6 en su camiseta, Ramón, y además en una versión mejorada. Frente a dos ... equipos de notable empaque, Las Palmas y Levante, el granadino ha dado un paso al frente tras conseguir resolver el mayor déficit en su juego.
A apenas dos meses del cierre del campeonato, Ramón parece haber resurgido para convertirse en una pieza básica del equipo. Más vale tarde que nunca, pensarán muchos aficionados que han aguardado pacientemente temporada tras temporada que el futbolista más idolatrado por sus compañeros por sus virtudes técnicas por fin tuviera peso en el equipo. Desde aquel gol en Castellón que hizo despertar ilusiones hasta ahora han pasado casi dos campañas completas sin continuidad en su rendimiento, bien por lesiones o por su irregularidad en el terreno de juego.
Ramón se ha abierto hueco cuando menos se esperaba y beneficiado por las circunstancias. Para la visita a Las Palmas el técnico, Sergio Pellicer, no pudo contar con Genaro, sancionado, y con Luis Muñoz, Escassi y N'Diaye, (estos dos, baja poco antes de salir de viaje hacia la capital grancanaria). Hasta ese momento su temporada, como sucede con el resto de compañeros, había sido demasiado pobre. En las etapas de Pablo Guede y Pepe Mel fue titular tres veces en los 15 primeros partidos y después estuvo en el dique seco por lesión en ocho (entre el primer periodo de problemas físicos y la recaída fue una vez convocado, pero sin jugar). Llegó el tercer técnico de la temporada, su gran valedor, y después de utilizarlo en la recta final en dos encuentros lo relegó al banquillo en los cuatro siguientes. Sin duda, el peor síntoma posible dada la enorme confianza que el castellonense siempre ha tenido en el centrocampista.
No obstante, primero frente a Las Palmas y luego el viernes, contra el Levante, Ramón fue titular en la posición de '6', donde él se siente más a gusto. Bien es cierto que en ambos casos tuvo que ser sustituido al filo del minuto 60, pero ha sido satisfactorio para el cuerpo técnico comprobar que por fin el futbolista de Órgiva, que a sus casi 22 años afronta su cuarta temporada en el primer equipo blanquiazul, parece haber dejado atrás ese empeño en jugar hacia atrás o en horizontal.
Desde que Pellicer tomó las riendas del Málaga, en enero de hace tres años, su principal obsesión con Ramón pasaba por esas situaciones de control y pase en las que el centrocampista no arriesgaba y, lo que es peor, no superaba líneas o ralentizaba el comienzo de la jugada al no buscar un pase frontal. En estos dos encuentros sí se ha visto al granadino con más ambición, con cambios de orientación, dispuesto a progresar (pese a ocupar teóricamente la función de '6') y hasta dejándose ver en la frontal del área contraria. Lástima que esa mejoría llegue con el Málaga con escaso margen para conseguir la permanencia en Segunda.
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