Rahmani, a recuperar en Málaga el esplendor de su mejor etapa

En una operación muy rápida, lo que da a entender que su llegada ya había sido sondeada este verano, Rahmani llega al Málaga como agente libre y firma por un solo año como sexto refuerzo del equipo, pero casi es el quinto a efectos prácticos, ya que Lobete no jugará hasta diciembre o enero. El jugador se desvinculó oficialmente del Eibar este miércoles a última hora y este jueves llegará a Málaga, aunque los trámites se demoraron algo más de lo previsto, de manera que no llegará para participar en la sesión de entrenamiento de la mañana.

La operación, en todo caso, ha sido muy ágil, porque el jugador seguramente no va a pasar pruebas médicas en Málaga, al haberlas hecho ya con el Eibar, y está por ver si Pellicer, con una sola sesión de trabajo (la del viernes) le convoca para el duelo ante el Albacete del sábado (21.30 horas).

Todos los nombres (también Álex Pastor, Luismi, Castel y Baturina) tienen en común un pasado en Segunda en España al menos en alguna de las dos últimas temporadas, porque se ha tratado de ir sobre seguro.

En este sentido, Rahmani dejó un excelente sabor en el Málaga y su llegada ha sido acogida con mucha ilusión por parte de los aficionados, pero entre medias se han sucedido tres temporadas en las que apenas ha podido ser protagonista o sentirse importante.

Sin mucho nombre aún en España (más allá de haber hecho ruido en Segunda entre el Sestao, el Leioa, el Tudelano y el Mirandés), Rahmani llegó cedido por el Almería en la 2020-21 y, sin que a priori hubiera depositadas muchas expectativas en él, marcó media docena de goles (cinco en la Liga y uno en la Copa del Rey) y fue el máximo artillero en una temporada de estrecheces, la tercera del ciclo anterior del equipo en Segunda, antes del descenso del ejercicio 2022-23.

El franco argelino estaba cedido y fue fichado entonces por cuatro temporadas por el Eibar. Pasó a un equipo con claras aspiraciones de ascenso (de hecho, lleva tres cursos seguidos quedándose a un punto de subier directamente a Primera y cediendo en los 'play-off') y teniendo otro rol. Si se suman los minutos (2.964) de malaguista en la 2020-21, son más que los disputados (2.940) de azulgrana en dos años y medio antes de su cesión invernal al Tenerife.

La operación es similar si se contabilizan sus goles y asistencias (6 tantos y cinco opases decisivos en el Málaga y 7 y 3, respectiamente, en el Eibar). Tampoco se disparó su rendimiento en el Tenerife hace unos meses, pues aunque jugó en catorce partidos y en diez fue titular, sólo completó un choque y no dejó ningún tanto ni ningún pase de gol, para no ir convocado ya en los seis últimos compromisos.

Rahmani acababa contrato en el Eibar al final de esta temporada, y el club guipuzcoano (donde tenía la competencia de Toni Villa, Merquelanz, Troncho, Corpas, Puertas y Alkain, tres hombres por cada costado) le ha dado facilidades para salir reservándose un porcentaje de una futura venta del jugador.

A sus 29 años, Rahmani, que suele actuar preferentemente en el costado izquierdo, nunca ha ocultado su amor por el Málaga. «No disfrutaba así desde que era alevín en el equipo de mi pueblo», llegó a decir de blanquiazul, y ahora tiene la ocasión de reivindicarse de recuperar esplendor, con su cambio de ritmo y descaro. Es el clásico futbolista que necesita sentirse valorado, importante en los esquemas de un entrenador, para ofrecer su mejor repertorio.