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Fue una sorpresa relativa dentro de La Rosaleda. La presencia de Quintana en la lista de 30 jugadores facilitada por el Málaga para afrontar la atípica recta final de esta temporada ha servido para confirmar la progresión del juvenil de Villanueva del Trabuco, una de las mejores noticias vividas en el seno del club los últimos meses. Tres virtudes destacan por encima de todo en este centrocampista que pertenece a la cantera desde alevín: trabajo, humildad y precisión en el centro del campo.
El pasado 20 de agosto SUR desveló que los futbolistas más importantes de la cantera estaban atados y bien atados por el Málaga. La única excepción era Hugo, cuya continuidad negociaba personalmente el entonces director deportivo, José Luis Pérez Caminero, y que, como es bien sabido, no llegó a buen puerto (el granadino se marchó en diciembre al Real Madrid, que a su vez lo cedió al Deportivo). Pero para entonces el que fue coordinador deportivo de La Academia durante la campaña anterior, Rafa Gil, había cerrado la renovación de Gonzalo, Hicham, Ismael, Ramón, Iván Jaime y... Quintana. Precisamente en aquella información se apuntaba la apuesta del club por este medio centro que también puede desenvolverse como central y que tiene contrato hasta 2022.
No obstante, como ocurre en las etapas de formación, unos jugadores dan el paso al frente y otros se quedan rezagados. En el caso de Quintana, durante esta temporada ha experimentado un crecimiento que ha venido a confirmar las virtudes ya mostradas como alevín, infantil, cadete y juvenil. Aún se encuentra en esta categoría (es su tercer y último año), pero esta temporada ya dio el salto al Atlético Malagueño. Los técnicos de la casa confiaban en que se adaptara pronto a la Tercera División, indudablemente más exigente, pero ni por asomo pensaban que iba a cuajar con tanta rapidez. En la campaña anterior llegó a ir convocado seis veces en el grupo IV de Segunda B, aunque no llegó a debutar.
Los datos de Quintana en el filial son incuestionables: sólo se quedó fuera en una convocatoria de los 29 partidos jugados (por fuerza mayor), disputó 26 de ellos, fue titular en 24 y disputó completos 15. Es decir, ha sido indiscutible tanto con Sergio Pellicer como con Zeus Carmona, con el breve paso del segundo del castellonense, Manolo Sánchez, por el banquillo del Malagueño. Ahora el técnico del primer equipo lo ha reclamado dentro del grupo del que va a disponer para las once últimas jornadas del campeonato (siempre, claro está, que la Liga se pueda completar sin contratiempos).
Nacido en Villanueva del Trabuco el 5 de octubre de 2001, Alberto Quintana destaca por su envergadura (1,86 metros), pero sobre todo por su precisión en el toque en corto. Salvando las distancias, se asemeja a Busquets porque, según los técnicos, «casi siempre asegura el pase». Dotado de una enorme capacidad de trabajo y de un destacable afán por mejorar, es «un futbolista de equipo», poco dado a las florituras. «Simplemente hace lo que debe hacer; nunca se le ve arriesgar con la pelota o complicarse la vida», recalcan en La Rosaleda. Esa virtud ya la exhibía en aquel San Félix dirigido por Ale Acejo que estuvo a punto de dar la campanada en la División de Honor juvenil y que luego sí lo hizo en la Copa del Rey, competición en la que llegó hasta semifinales.
De Quintana se destaca asimismo su regularidad, una condición imprescindible para brillar por delante de la defensa, como '6', al margen de otras como la solvencia en el juego aéreo y en el corte. El trabuqueño tampoco desentona en el pase en largo cuando se requiere, pero brilla más en la contención y tampoco se anda con chiquitas cuando es obligado recurrir a la falta al contrario. «Si tiene que rascar, rasca», destacan. La polivalencia también ha jugado a su favor porque en ocasiones ha debido ser utilizado como central, aunque brilla más como 'pivote'. Aun así, para actuar en el eje de la cobertura cuenta con la ventaja de que puede recibir consejos de su hermano Juanje, que ha llegado hasta la Segunda B
Además, Quintana va a tener fácil su aterrizaje en la primera plantilla porque los próximos dos meses compartirá vestuario con tres compañeros de aquel San Félix, el guardameta Gonzalo, el lateral derecho Ismael y el centrocampista organizador Ramón. Paradójicamente, su presencia entre los 30 elegidos por Pellicer se ha producido también por los problemas físicos (en concreto, en el pubis) de otro buen amigo en el segundo equipo juvenil del Málaga, el lateral izquierdo algecireño Cristo.
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