¿Quién puede parar este desastre?

El partido comenzó bien, con 20 minutos de claro dominio malaguista, amparados por cerca de mil heroicos hinchas que no se merecieron el bofetón de la derrota, incluida una clara ocasión de Kevin en disparó a la madera. El Fuenlabrada sólo podía contestar al Málaga a base de faltas amparado por un nefasto colegiado (no hubo jugadas conflictivas, pero hizo un arbitraje lamentable, porque al menos dos jugadores locales debieron irse al vestuario antes del final), pero los de Natxo estaban cómodos. Ocurría que la superioridad era tan evidente (cinco saques de esquina en el referido período inicial) que daba mala espina, porque cuando en el fútbol se perdona tanto al rival, al final, como ocurrió, se pierde. Así y todo, el optimismo reinaba entre el malaguismo, aunque sólo fuera porque Febas jugaba más que todo el Fuenlabrada junto, aunque siempre quedaba la duda de si... Pues eso, que en el segundo tiempo, Sandoval, que necesitaba ganar, hizo varios cambios tácticos y sustituciones, su equipo dio un paso adelante (o el Málaga un paso atrás, que no lo sé muy bien) y aquello empezó a cambiar de color. Nadie podía entender que Natxo González no moviera el banquillo, porque lo que necesitaba el Málaga estaba claro. Total, que Febas dio un paso majestuoso a Brandon y éste, solo, se trastabilló en acción digna de un infantil, y a la jugada siguiente, un desajuste defensivo provocado por Ontiveros (otro ex) nos costó la derrota. Y entonces Natxo González hace tres cambios de una vez. ¡Por favor! ¡Venga ya! No mire, no. Pero, ¿quién manda en el Málaga para reaccionar?¿Quién puede parar este desastre?