El proyecto de la nueva Rosaleda, en el momento clave para llegar al Mundial 2030 sin sobresaltos

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Antonio Góngora

El proyecto de la nueva Rosaleda deberá concretarse de inmediato para comenzar los trabajos en todos los frentes que hay abiertos como consecuencia de esta espectacular ampliación del campo de Martiricos. Hay mucho en juego y es imprescindible que el plan esté elaborado al detalle lo antes posible para que nadie pueda dudar. También es necesario establecer una hoja de ruta definitiva para que los afectados por estas obras puedan tomar sus propias decisiones y así estar preparados en el momento final. Es el caso, por ejemplo, del Málaga, que tiene el estadio, el Anexo y el resto de instalaciones como su cuartel general histórico, lo que supone que una segura salida temporal tiene que prepararse con cierta antelación.

Pero para todo lo que rodea a este gran proyecto es necesario comenzar a trabajar con plazos, con fechas, aunque estas no sean definitivas. Hasta ahora, en los últimos meses, toda la información ha llegado de una forma incompleta, sin seguridad y abierta a cualquier cambio estructural del propio proyecto. Existe poco conocimiento del asunto, pero no sólo en la ciudadanía, sino entre los propios implicados en este desafío. Desde que se conoció que Málaga sería sede se intensificaron los trabajos, como era de esperar, aunque las incógnitas sobre el tipo de proyecto no acaban de disiparse.

Las instituciones, como propietarias, deberán afrontar el coste de las obras, aunque aseguran que sólo financiarán el proyecto base para cubrir la exigencias de la FIFA para tomar parte en este acontecimiento, que no son pocas. Pero queda en el aire si podría entrar desde el principio alguna inversión privada para poner en marcha el plan más ambicioso, con una Rosaleda preparada para grandes eventos, techada y con césped retráctil para que su actividad pueda ser diaria y no sólo en los días de partidos de fútbol (para ello se encargó un importante estudio).

Las fuentes consultadas aseguran que se intensificarán las reuniones y las decisiones con la llegada del nuevo año. La cita de las administraciones con el Málaga está prevista para después de las fiestas, y así irán llegando otras muchas decisiones para que se concreten todos los frentes que están ahora completamente abiertos. Será imprescindible disponer ya de un proyecto definitivo, pues se perfila como casi obligado que las obras en el exterior del estadio comenzarán en los próximos meses.

Los trámites burocráticos (el alcalde lo comentó una vez) obligarán a que el campo no se pueda tocar por dentro, al menos, hasta el primer trimestre de 2026. De ahí que se puede entender que ese sería el primer punto de partida, pero hay numerosos aspectos colaterales que necesitan una atención prioritaria para que el proyecto pueda llegar a buen puerto.