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En la motivación de todo portero está ganar y, en segundo lugar, dejar la portería a cero. Que se lo pregunten a Alberto Cifuentes, debutante a los 41 años en Primera División con el Cádiz en su visita a Huesca (0- ... 2), y que a las primeras de cambio encajó un gol... anulado por el VAR. Al final se mantuvo indemne, como el malaguista Dani Barrio en Castellón, en un logro que confía en que marque el comienzo de otra racha, porque las primeras actuaciones no le resultaron del todo favorables.
En su debut, en un amistoso en Marbella ante el Espanyol (3-0), tuvo prácticamente que dedicarse a recoger el balón de dentro de la portería en cada uno de los acercamientos del cuadro 'periquito', el gran favorito para el ascenso a Primera, sin más intervenciones que le dieran confianza. También fue superado en su último examen antes de la Liga, en el primer tiempo del duelo ante el Alcorcón (precisamente, el rival mañana en La Rosaleda), cuando fue batido por el atacante Barbero.
Fueron acciones en las que no se le puede achacar una responsabilidad directa de los goles, como sucedió en el estreno de la competición, en Tenerife (2-0), ante las dianas de Suso y Jacobo, en las que no le da tiempo a achicar espacios con la defensa superada y en remates muy cercanos. Sin embargo, el sábado tuvo su primera opción de redimirse. Aunque el Castellón no generó excesivas ocasiones de peligro durante el partido, fue a más en los instantes finales, cuando sí que acumuló oportunidades para empatar, como un gol anulado a César Díaz por fuera de juego previo o un tiro desde la frontal de Gustavo Ledes desviado por Matos, en el que metió una mano salvadora para desviar a córner, aunque posteriormente las imágenes revelaron que quizás el balón no iba exactamente entre los tres palos.
Salir airoso de esa fase de acoso y derribo del Castellón y dejar por fin la portería imbatida ha de servir para que crezca la confianza del guardameta gijonés de 33 años, tocada ya por el triste descenso del Numancia en la temporada anterior. El veterano portero cerraba así con mal sabor en lo colectivo su mejor campaña en lo personal en su carrera. Jugó todos los minutos de la Liga en el cuadro soriano y encajó 53 goles en los 42 partidos, con trece choques en los que dejó la puerta a cero. «Estos meses me han dado para mucho. He evolucionado y me veo mejor sobre el verde técnica y tácticamente», reconoció en una entrevista durante la temporada anterior.
No lo ha tenido fácil en su trayectoria Dani Barrio, que se forjó en Mareo, pero que luego terminó jugando en el rival directo, el Oviedo, una circunstancia que siempre genera morbo para cualquier seguidor de alguno de los dos grandes del fútbol asturiano. Barrio llegó a debutar con el filial del Sporting en Segunda B antes de salir y pasar por el Ribadesella y el Marino de Luanco, con el que subió a la división de bronce. En las temporadas 2011-12 y 2012-13 fue carbayón, y después fichó por el Leganés de Asier Garitano, con el que subió a Segunda en 2014, pero luego no fue el meta titular en el cuadro 'pepinero' y sólo pudo jugar dos encuentros ligueros en la 2014-15.
Un paso atrás, con cuatro temporadas en el Melilla, le sirvió para relanzarse. Fue Trofeo Zamora en dos ocasiones en Segunda B y su gran regularidad le dio el justo premio. Estando a las órdenes de Luis Carrión en el club norteafricano, le acompañó en el fichaje de este por el Numancia, donde desbancó a Juan Carlos y se convirtió en uno de los mejores metas de Segunda.
Dani Barrio sigue los pasos de Munir. Curiosamente, ambos se foguearon en el Melilla y ficharon por el cuadro de La Rosaleda desde el Numancia. Pero ahora el actual inquilino de la portería vive bajo la sombra del internacional marroquí, ya en el Hatayspor turco. Munir fue el último Trofeo Zamora de Segunda, en un Málaga que basó su permanencia en una circunstancia inusual para un equipo que se bate por la salvación: ser el menos batido, con sólo 33 goles.
Ahora Dani Barrio está a la espera de que se concrete quién será su inevitable competencia en el puesto. El club está a punto de cerrar la llegada de Juan Soriano, más joven (23 años), pero avalado por su formación en la cantera del Sevilla. Con Gonzalo como tercera opción, para que este pueda jugar en el Malagueño los fines de semana y no permanezca inactivo, en las próximas semanas se sabrá quién se lleva el gato al agua en la pugna por ser el guardameta elegido por Pellicer, pero mientras se sucedan las porterías a cero será muy difícil que Barrio sea relegado.
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