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La histórica delantera del 'campeón de campeones', con Casanova, Teo, Maciá, Lezama y Emilio. SUR
La primera gran delantera del Málaga
Historias del Málaga

La primera gran delantera del Málaga

Casanova, Teo, Maciá, Lezama y Emilio fueron básicos en que el equipo dejara la Tercera División en 1946 y se proclamara 'campeón de campeones'

Lunes, 6 de abril 2020, 01:10

Cien equipos en diez grupos. Así estaba conformada la Tercera División cuando el Club Deportivo Málaga, heredero del Malacitano, trataba de dar sus primeros pasos. Retornar a Segunda, la categoría perdida en 1943 en la liguilla de permanencia, era un reto mayúsculo que implicaba salir indemne primero de dos fases y luego hasta de tres. Después de dos años sin superar tantos obstáculos lo consiguió en la temporada 1945-46 y además como el mejor del centenar de participantes, lo que le valió el título honorífico de 'campeón de campeones'. En los 36 partidos únicamente sufrió cinco derrotas, pero destacó especialmente un dato: los 104 goles marcados. Mucho tuvo que ver la primera gran delantera malaguista, aquella inolvidable durante décadas compuesta por Casanova, Teo, Maciá, Lezama y Emilio.

A la tercera fue la vencida para el Málaga, que pudo resarcirse de los dos intentos fallidos. En la temporada 1943-44 acabó primero en la Liga, pero en la fase final los cuatro empates en seis partidos le impidieron ascender a Segunda. En la siguiente ni siquiera alcanzó la fase final al acabar tercero en la intermedia. A seis jornadas de la conclusión, el presidente, Francisco Espejo, tuvo que tomar la decisión de relevar al renombrado entrenador, Paco Bru (primer seleccionador de España, en los Juegos Olímpicos de Amberes hace un siglo), para darle la oportunidad al que luego sería eterno 'hombre de la casa', Chales. De este modo, en la figura de Antonio Iznata (que a día de hoy no cuenta sorprendentemente con una puerta con su nombre en La Rosaleda) se depositaron en el verano de 1945 todas las esperanzas.

La apuesta de Espejo fue exitosa, hasta el punto de que Chales fue paseado a hombros (no sería la única vez) después de quedar certificado el ascenso tras el triunfo ante el Valladolid por 5-2 con goles de Emilio (2), Teo, Lezama y Gastón. Fue aquella temporada 1945-46 una de las primeras en que los aficionados recitaban de carrerilla la alineación, con Mendaro; Jimeno, Soler; Paquirrini, García, Bilbao; Casanova, Teo, Maciá, Lezama y Emilio. Aquel once comenzaba con Mendaro, el portero por el que apostó con firmeza el entrenador ahuyentando así las dudas de los propios directivos, que pretendían incorporar a otro guardameta como titular. Nadie mejor que Chales conocía a Mendaro, porque el ahora entrenador y Montoro eran precisamente los escoltas defensivos del cancerbero no muchos años atrás. Hasta ocho altas se produjeron en la plantilla, entre ellas las de futbolistas a la postre importantes como Maciá, Lezama o Juan Jimeno.

El Málaga fue un rodillo aquella temporada. En la Liga sólo sumó tres derrotas en 18 partidos y ya dio claras muestras de su tremendo potencial ofensivo, con goleadas al Coria (5-1), Cádiz (7-2) o Algeciras (7-0). En la fase intermedia el balance fue incluso mejor: un solo encuentro perdido de los diez disputados y un promedio de casi tres goles (materializó 29). De este modo, aquel equipo dirigido por Chales llegaba a la fase final como uno de los claros favoritos. La decepción fue enorme cuando después de comenzar con una victoria en La Rosaleda frente al Baracaldo (2-1) sucumbió estrepitosamente en su visita al Levante, conjunto gafe en aquellos tiempos. El 4-0 encajado no sólo lo relegó a la quinta posición, sino que dejó los ánimos de todos los aficionados por los suelos. De nuevo aparecieron los fantasmas de otro ascenso fallido.

La respuesta del equipo malaguista fue extraordinaria: a la semana siguiente vapuleó al Arenas de Zaragoza por 9-1. Paradójicamente, las sensaciones no fueron buenas durante más de media hora. Rodríguez adelantó al equipo aragonés en el minuto 25 y sólo cuando Teo logró el empate en el 32 llegó al vendaval. Al descanso el resultado ya era 3-1 y nada más regresar de los vestuarios Teo y Maciá consiguieron el cuarto y el quinto en apenas un minuto. Aquel 5 de mayo de 1946 marcaron cuatro de los cinco delanteros –Casanova, Teo (2), Maciá (3) y Emilio (2)- y sólo se quedó inédito Lezama. El visitante Paló hizo en su portería el 2-1.

Tres victorias en los cinco últimos partidos llevaron al Málaga al ascenso. El equipo se proclamó 'campeón de campeones' con más de un centenar de goles y una delantera de empaque que sumó 81. En su cuarta temporada el extremo izquierda Emilio, aquel tan cuestionado cuando llegó del Madrid (porque lo hizo lesionado) y que acabó como capitán, terminó como máximo realizador, con 21 dianas (en la anterior campaña había llegado a 14). Le siguió el delantero centro, Maciá, con 20. Nunca un fichaje frustrado tuvo mejores consecuencias, porque en verano el club negoció con el Sevilla la llegada de tres jugadores y se empeñó en que entrara en el lote Herrera como sustituto de Peralta. La negativa del conjunto hispalense obligó a apostar por Maciá, procedente del Badajoz y con pasado madridista, que a la postre triunfó como malaguista.

La histórica delantera del 'campeón de campeones' se completaba con Casanova, Teo y Lezama. Los dos primeros ya habían pertenecido al Málaga la temporada anterior con cifras discretas (curiosamente, las mismas, seis goles en trece partidos), si bien Teo había debido cumplir con las obligaciones del servicio militar. En su segunda campaña marcaron 15 y 13 goles, respectivamente. El quinto en cuestión fue el interior izquierda, Lezama, que logró una docena. El Málaga acabó a lo grande su paso por el purgatorio de Tercera y regresó a Segunda, donde vivió otro trienio antes del histórico ascenso a Primera en 1949, veintiún años después de que comenzara la Liga.

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