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Es un tópico del periodismo deportivo que se acentúa al hablar de fútbol, pero es algo más que un recurso en esta ocasión: el Málaga afronta la primera final de la temporada. Tal cual. Da igual desde qué perspectiva se encare la cita de esta tarde (18.30 horas) en La Rosaleda ante el Racing de Ferrol: es un partido clave, en un momento crítico, cuando el equipo se ha colocado ya a cuatro puntos de la zona de descenso y en una dinámica negativa de juego y resultados. Si se repasa el calendario de estas últimas once jornadas, no hay cita más propicia para ganar, y de hecho una de las mayores preocupaciones en el malaguismo es esta, porque en la segunda vuelta el equipo sólo ha sido capaz de vencer al Tenerife y el Cartagena, y no sin ciertos apuros.
Los tres rivales mencionados tienen un denominador común: están desahuciados. No encuentran motivos para creer en la permanencia, sólo las cuentas matemáticas, pero eso suele ser una ilusión ficticia que en pocas semanas se agota. El Ferrol, que fue el primer rival liguero (parece que ha transcurrido un mundo desde aquel 2-2 con alternativas en A Malata), está ahora a trece puntos de salir de la zona de descenso, un mundo, y por si eso no fuera concluyente hay que pensar en su paupérrima cifra realizadora, dieciocho dianas (apenas un gol cada dos encuentros), que no están nada equilibrados con los números atrás (49 tantos encajados).
Es tan dura la realidad del cuadro gallego que hoy se vivirá una circunstancia un tanto inusual en Martiricos: pocas veces el empate tendrá tan poco valor. Contra la impaciencia de la grada, un tanto dolida por las dos últimas actuaciones del equipo (0-2 del Cádiz y 2-0 en Albacete) ha de jugar también el Málaga, que prevé un planteamiento defensivo del rival, por más que necesite sumar de tres en tres en casi todas las jornadas para llegar a soñar con el mayor milagro vivido en las dos primeras categorías profesionales.
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Pellicer recupera a Manu Molina, convertido quizás en el jugador de campo más relevante del equipo, por su capacidad para alternar el juego en corto y largo y darle algo más de sentido a las posesiones del equipo, demasiado estériles de un tiempo a esta parte. El Málaga ha vivido las últimas semanas sin poder reunir a su pareja de medios centro habitual, y se espera este sábado su reencuentro. A Luismi se le da como fijo (máxime con las ausencias obligadas de Izan Merino y Ramón), y Manu Molina estará convocado y se prevé que reaparezca tras su lesión muscular (acumula tres entrenamientos completos), pero no se sabe si como titular.
Tras las últimas malas actuaciones del equipo se puede dudar casi de cualquier jugador y sus opciones de salir en el once inicial. Puga podría dejar su sitio a Gabilondo, y también David Sánchez a un Víctor García, vasco y catalán con un protagonismomenguante. Puede haber minutos para Juanpe o Sangalli, y quién sabe qué alternativas explorar en las bandas y en el ataque sin el más determinante, Antoñito (con la selección española sub-19).
Además, como quiera que tampoco estarán Izan Merino, Aarón Ochoa, Dani Lorenzo, Ramón ni Haitam, para completar la lista de 23 se prevé que Pellicer convoque a los filiales Rafa (un medio centro sevillano que ya debutó al final del curso 2022-23), y el extremo izquierdo hispanoparaguayo Alexis Chamorro. El Ferrol acude sin el extremo Dorrio, con un virus intestinal, ni el central Cabaco, casi todo el curso aquejado de molestias musculares. Sí se desplazó el medio centro Luis Perea, tocado en un tobillo.
Algunas peñas malaguistas han tratado de movilizar a los aficionados para llenar La Rosaleda 45 minutos antes del partido de esta tarde. «Malaguista, es horade demostrar nuestro apoyo incondicional. Vamos a rugir desde que salgan a calentar. Acude 45 minutos antes a La Rosaleda. Juntos somos más fuertes», es el mensaje que ha difundido el Frente Comepipas en redes sociales. Aunque es el choque más importante en lo que va de campaña, aún no se ha visto una apelación de todas las peñas en bloque, aunque empieza a palparse la importancia del momento. Hasta el actor Antonio de la Torre, malaguista de pro y que ha colaborado con el club en las últimas campañas de abonos, es consciente de la importancia del momento: «Quiero pedir a todos los aficionados malaguistas que acudan el sábado a La Rosaleda. La magia de nuestro estadio es la que nos ha hecho salir del pozo de la Primera RFEF y volver al fútbol profesional. Ahí debemos seguir, apoyar a los jugadores y apoyar al equipo con un malaguismo unido», fue su mensaje.
El Málaga acabó la primera vuelta en una situación tan cómoda en la tabla (30 puntos) que se percibía que si había partidos decisivos en el tramo final del curso podrían ser en la lucha por acceder a los 'play-off' de ascenso, pero al final el bajón de juego y resultados tras el ecuador, en lo que va de 2025, ha provocado que puedan llegar finales para no complicarse seriamente la permanencia, con un Eldense al alza (puede meter esta semana al Zaragoza en puesto de descenso) y un Málaga sin reaccionar. De momento no se han organizado recibimientos al autobús en la Avenida de la Palmilla, y el mejor síntoma será que no sea necesario hacerlos este curso. Además, Aemet no preveía ayer chubascos a la hora del duelo.
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