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Borrón y cuenta nueva. En esos términos se expresó el entrenador del Málaga, Sergio Pellicer, ante sus jugadores en la extensa charla que mantuvieron el sábado, horas después del decepcionante arranque (con derrota por 1-3 frente al Huesca) en esta 'miniliga' de 11 jornadas como consecuencia del parón por la pandemia. No existe margen para lamerse las heridas, pero el programa de encuentros también obliga a mirar hacia adelante. En realidad el Málaga ya está inmerso en una semana catalogada como «decisiva» por los propios componentes del plantel. La visita esta noche al Tenerife (21.30 horas, Movistar LaLiga3) va a marcar el camino en esta recta final porque a continuación tocará medirse al Extremadura y al Lugo.
Hubo reproches en esa conversación entre el entrenador y los futbolistas, por supuesto, pero sobre todo Pellicer insistió en quitar responsabilidad a sus pupilos. Como ha sido cocinero antes que fraile, está convencido de que hurgar mucho en la herida del tropiezo frente al cuadro oscense sólo puede ser perjudicial para el grupo y, consecuentemente, para el club. Precisamente por esto último el castellonense incidió en lo que se está jugando el Málaga como entidad, nada menos que su viabilidad. Y aunque es un mensaje al que ha recurrido constantemente en semanas anteriores, en esta ocasión lo hizo con más firmeza.
Pellicer confía en el propósito de enmienda y para ello se sirve de un argumento: los futbolistas están plenamente concienciados de lo que está en juego. Y aunque el calendario tan comprimido (con dos partidos por semana) no permite ni distracciones ni análisis a largo plazo, en el vestuario del Málaga se asume que gran parte de las opciones de permanencia pasan por los tres compromisos venideros.
Más allá de que se dé por seguro que esta vez sí será necesario alcanzar la cifra de 50 puntos para certificar la continuidad en la categoría de 'plata' –es decir, faltarían doce–, la clave se encuentra en no fallar esta noche frente al Tenerife para después tratar de dejar distanciados a dos rivales directos, el Extremadura (penúltimo, que comparecerá en La Rosaleda el próximo sábado) y el Lugo (al que visitará el martes de la semana que viene). Sumar siete puntos o hacer pleno implicaría dejar la salvación a tiro de piedra con siete encuentros aún por disputar.
De lo contrario, de no dejar la permanencia casi garantizada por la vía rápida, el Málaga se abonará a sufrir hasta el final del torneo. Asimismo, otro tropiezo esta noche en el Heliodoro Rodríguez López sería grave desde el punto de vista anímico. El entrenador ya advirtió hace ocho días, en la entrevista con SUR, sobre la gran incidencia del factor psicológico en este tramo final. Pero en el vestuario todos saben que el equipo afronta una semana crucial. Tenerife es hoy la primera escala.
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