El primer gol a balón parado del Málaga, insuficiente para evitar la derrota

El Málaga tenía una asignatura pendiente en las acciones a balón parado, de las que todavía, pese a intentarlo, nunca se había aprovechado en los doce partidos anteriores. Ante el Leganés, sin embargo, se rompió ese maleficio con el tanto del empate de Juande en un lanzamiento de falta de Rahmani que fue rematado por el central, aunque el brillante tanto fue insuficiente para tan siquiera puntuar frente a un Leganés que poco después se puso de nuevo por delante en el marcador gracias a un penalti que señaló el VAR.

El equipo blanquiazul pone en funcionamiento jugadas ensayadas en cada partido, como se puede observar tanto en los encuentros de casa como a domicilio, pero hasta ahora no había completado con ningún gol estas acciones claves en los partidos de Segunda. En esta ocasión estaba previsto que, en una falta lateral, el rematador irrumpiera por el segundo plano para sorprender a la defensa. El joven Juande, que también marcó en propia puerta el primer gol, entró en posición correcta como último hombre de la maraña que formaban atacantes y defensas para rematar de cabeza y enviar el balón al fondo de las mallas. El tanto a balón parado, por una falta sobre Iván Calero, reactivó al cuadro blanquiazul, pero la alegría le duró muy pocos minutos (concretamente ocho).

Especialista en los centros

El especialista en llevar el centro a su destino fue un Rahmani, que también destacó en su labor de desequilibrio y en sus desmarques de ruptura. De hecho, el atacante pudo adelantar a su equipo en una clara ocasión al comienzo del encuentro tras el centro medido de Chavarría. El golpeo, sin embargo, se le marchó alto por muy poco. También suele sacar faltas el joven Ramón y Cristian, que es uno de los mejores centradores (estaba en le banquillo, aunque salió más tarde al campo). El otro protagonista del tanto, el goleador, intervino en los tres goles del encuentro, si bien al recibir la tarjeta tras el penalti sobre José Arnaiz, lo que supuso que el conjunto madrileño se pusiera de nuevo por delante en el marcador (este fue ya el resultado definitivo del encuentro) fue sustituido por Sergio Pellicer (en este caso por su ayudante, Manolo Sánchez).

Y el Málaga lo intentó de la misma forma y con otras variantes en más acciones a balón parado, pero la defensa del Leganés fue implacable y los blanquiazules pudieron sumar muy pocas oportunidades. Por contra, aunque en esta ocasión no fuera así, el cuadro de Martiricos sí ha recibido algunos goles en estas jugadas ensayadas. El propio Pellicer se ha referido semanas atrás a este asunto y a las dificultades existentes para cerrar por completo esta puerta, que en muchas ocasiones depende de las virtudes individuales de los futbolistas.

Este tanto ensayado, que no impidió la derrota, fue el undécimo del Málaga en la competición liguera, siendo los diez primeros en acciones elaboradas o en contragolpes, algunos de ellos de bella factura por la definición final o directamente por la jugada combinativa que los precedió.

En el otro extremo, el de los goles encajados, cabe destacar que el Málaga recibió su segundo tanto de penalti y se coloca ya con nada menos que dieciocho dianas en contra. Esta deficiencia es la que está impidiendo al equipo de Pellicer situarse más arriba en la clasificación. Pese a que el cuadro de Martiricos destacó la campaña anterior por su consistencia defensiva, en esta temporada ha cambiado todo. Los desajustes permiten que lleguen las oportunidades y los tantos contrarios, algo que se repite más de lo previsto. Las causas, de esta manera, hay que buscarlas en que la plantilla, la más austera del fútbol profesional, es completamente nueva y sigue sin disponer de los automatismos de etapas anteriores.