Ponferradina-Málaga, 16.15 horas
El Málaga, a ganar para continuar vivo... sin fijarse en los rivalesPonferradina-Málaga, 16.15 horas
El Málaga, a ganar para continuar vivo... sin fijarse en los rivalesSin margen de error, al Málaga sólo le vale ganar en Ponferrada. Se puede especular con lo que los rivales directos hayan hecho (el Leganés derrotó al Huesca con gol de penalti en el minuto 94) y está a nueve puntos) o lo que vayan ... a hacer (el Villarreal B recibe a las dos de la tarde al Sporting). Incluso soñar con que algún otro se ponga a tiro inesperadamente (que no se presume). Pero cualquier esperanza de permanencia blanquiazul pasa obligatoriamente por romper la maldición de El Toralín y obtener el primero de los tres triunfos imprescindibles (luego estará por ver si se requieren uno o tres puntos más en el cuarto partido pendiente).
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Cualquier cábala reposa en una victoria indispensable en la capital berciana. Allí, jugando de nuevo como en casa (igual que hace dos semanas en Lugo), frente a un rival virtualmente descendido y con al menos medio millar de incondicionales seguidores en las gradas, el Málaga debe dejarse de marear la perdiz con ese 'futbol de salón' que lo ha mantenido toda la temporada hundido en la miseria e ir en busca de la Ponferradina desde el primer minuto. Esa debe ser obligatoriamente la actitud, sin pensar en lo que hayan hecho previamente el Leganés y el Villarreal B, aunque pase lo que pase en el encuentro de este último (que acabará apenas veinte minutos antes del pitido inicial de Ais Reig) será un factor de motivación. Gane o pinche el filial amarillo, la única salida en este callejón interminable por el que ha transitado el equipo blanquiazul durante toda la Liga es más que obvia, la victoria, para dar paso a la antepenúltima jornada.
Pese al varapalo del pasado lunes, con un equipo incapaz de hincar el diente al Huesca y paradigma una vez más de falta de personalidad para hacer bueno el 'efecto Rosaleda', es necesario rescatar argumentos para el optimismo. Tres partidos seguidos sin encajar gol, una sola derrota en los ocho últimos encuentros, 15 puntos sumados en este periodo (¡tantos como en las 19 primeras jornadas!)...
Claro que de antemano el primer objetivo en el que habrá incidido Sergio Pellicer se centra en no contagiarse de la actitud del rival, como sucedió frente al Huesca. Y en ese sentido la Ponferradina entraña demasiado peligro. Pudiera parecer exagerado porque sus opciones de permanencia son casi nulas, pero desde la llegada de Juanfran el cuadro berciano es una ruleta rusa. No rehúye el correcalles ni el cuerpo a cuerpo ni que el partido se descontrole. Sus datos son elocuentes: en esos tres últimos partidos ha marcado cinco goles (tantos como en los 13 anteriores) y ha encajado nueve (en los 14 anteriores recibió 12).
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El control del partido, que nada tiene que ver con mayor o menor posesión de la pelota, será vital para el Málaga. Es decir, que pasen pocas cosas. Pero conviene no engañarse: el empate es, como en las matemáticas, un conjunto vacío. Sin convicción, ambición y profundidad (tres factores inexistentes el pasado lunes) obtener el triunfo será inviable. Y, sobre todo, debe abstraerse de lo que hagan sus rivales. Sin una victoria sus opciones pasarán a ser muy escasas.
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