La hora de la verdad para el Málaga

El duelo de esta tarde simboliza la decadencia del Málaga en menos de una década. De visitar a la Real como equipo de Champions e instalado en la 'zona UEFA' (quinto entonces) a vérselas con su filial en busca de tres puntos cruciales para no ver en riesgo la continuidad en el fútbol profesional. Aunque a los presentes en aquel viaje a San Sebastián en 2013 no se les (nos) olvidará nunca, el equipo blanquiazul busca elevar el vuelo de forma súbita como hizo aquel avión tras abortar el aterrizaje mientras arreciaba la lluvia y además los rayos asustaban como nunca.

Anda Natxo González tratando de dotar al Málaga de un crecimiento sostenido desde atrás. Primero se trataba de juntar las lineas; después, de hacer bien las basculaciones, y esta semana, de mejorar notablemente en la estrategia defensiva, aunque ya se sabe que a balón parado la pérdida de concentración de un solo elemento da al traste con el esfuerzo colectivo. El reto del vitoriano es mantener sí o sí la puerta a cero para al menos asegurar el empate. Tampoco se descuida la faceta ofensiva, pero a las evidentes carencias en la finalización (por la carencia de un 'nueve' de garantías) se ha sumado la cada vez más persistente incapacidad de determinados futbolistas para sobreponerse al aciago momento del equipo y mostrar iniciativa para originar oportunidades.

Al Málaga le urge un triunfo porque dejaría ya descartado a un segundo rival por la permanencia, a 15 puntos, y mantendría a raya al Fuenlabrada y al Amorebieta, que ejercen esta jornada de anfitriones frente al desahuciado Alcorcón y al Leganés, respectivamente, y a los que deberá visitar en menos de un mes. Pero, por encima de todo, serviría para ahuyentar fantasmas y recobrar la confianza. Dado que Natxo González mantuvo frente al Almería el bloque que empató en Zaragoza, no se presumen excesivos cambios.

Eso sí, los problemas se suceden semana tras semana en el dispositivo defensivo y esta semana le toca el turno a Peybernes por acumulación de amonestaciones. No es que el rendimiento del francés haya sido precisamente extraordinario, pero la baja de Juande (más la de Genaro) limita al máximo el número de opciones en el eje de la zaga, bien Ismael Casas o el juvenil Andrés. No parece lógico retrasar a Escassi tras el fiasco con la pareja Ramón-Febas. A priori juega a favor del Málaga que el filial donostiarra no es un equipo de juego directo y tampoco brillante en el juego aéreo, sino más de toque y velocidad.

Asume el riesgo de sacar la pelota desde atrás –lo que puede dar réditos al equipo blanquiazul si su presión es eficaz– y no ceja en su empeño de gobernar el partido desde la posesión, como sucedió en La Rosaleda en la primera vuelta. Con un equipo ya más o menos definido en un 4-3-3, paga un alto peaje por su bisoñez en el tramo final de los partidos. Ahí ha dejado escapar un buen puñado de puntos en casi la mitad de los partidos. Llega la hora de la verdad para el Málaga. No puede fallar en Anoeta para evitar más complicaciones, si cabe, y huir de la quema cuanto antes.