El Málaga juvenil, ante otra cita histórica

Contra todo han logrado crear un equipo casi invencible (sólo han perdido una vez en todo el curso) y que disfruta en el campo. El siguiente paso, tras haber superado al Athletic en cuartos de final a doble partido, es llegar a estar al menos entre los dos mejores de este particular 'ranking' que ya se ha generado con la determinación de las semifinales de la Copa de Campeones que se celebran a partir de hoy, ya a partido único, sobre el césped de las instalaciones del Marbella Football Center.

Para ello, el conjunto blanquiazul tendrá que superar a uno de los favoritos para alzarse con este prestigioso título en el mundo del fútbol juvenil, el Barcelona. Este es un formato único y que además de reconocimiento da acceso al ganador a la Youth League, la Champions de juveniles. Es una competición que ya jugó el Málaga al levantar la Copa de Campeones de 2016 en Vera. Aunque esa no fue la única vez que una generación de jóvenes malaguistas consiguió el título del mejor juvenil de España.

Los pioneros fueron los ganadores de la edición de 2003 que se celebró en Cambrils. Muy cerca se quedaron de tocar la gloria la generación que participó en el año 2017, cuando sucumbieron ante el Madrid en Orense. Esa fue la tercera vez que el Málaga llegaba a una final de la Copa de Campeones. Los pupilos de Nacho Pérez tienen hoy el reto de brindar una cuarta final para la historia de la cantera malaguista. A partir de las 21.30 horas, el Málaga se mide al Barcelona (en directo por Canal Sur).

El conjunto catalán llega a esta cita tras lograr el pase con mucho sufrimiento ante el Levante, contra quien necesitó irse a la prórroga para poder superarlo. Entrenado por Sergi Milà, el equipo blaugrana demostró tener fe en su juego para hacer valer su ostentosa calidad ofensiva. Aunque para ellos no ha sido la mejor temporada, vuelven a estar en el momento y en el lugar deseado al final de la campaña.

El camino del Barcelona para acceder a esta Copa de Campeones, más allá de ser ganador de su grupo, el tercero, ha sido diferente al del Málaga. Si los blanquiazules han cosechado un año casi inmaculado con 22 victorias, dos empates y una sola derrota, el Barcelona se proclamó campéon con menos ventaja (de hecho tuvo que esperar a la última jornada).

En sus 23 partidos disputados en su grupo, el conjunto de La Masía obtuvo un balance de 14 victorias, cinco empates y cuatro derrotas con un total de 57 goles a favor. Una cantidad que contrasta con los 79 tantos conseguidos por el Málaga. El equipo blanquiazul, dirigido por Nacho Pérez, tiene pleno de efectivos ante una nueva gran cita, algo a lo que se están empezando a acostumbrar desde hace ya algo más un mes cuando vencieron en La Rosaleda al Betis para proclamarse campeones de su grupo.

El reto de medirse a una de las grandes canteras como el Barcelona es un plus más de dificultad que servirá para seguir conociendo los límites de la plantilla malaguista, como ellos mismos transmiten. «Sabemos que somos un buen equipo, ahora queremos saber hasta dónde podemos llegar sin miedo a perder», reflexiona el vestuario malaguista, que tiene la moral por las nubes. Una motivación más es que saldrán a competir sabiendo quién será el primer finalista porque la otra semifinal, que cruza a Deportivo y Real Madrid, se celebra justo antes, desde las 19.00 horas, en el mismo campo.