El Málaga afronta su examen más exigente y apurado de la temporada

Las bajas nunca son una excusa, ni siquiera la campaña anterior, pero el equipo tiene ahora afectada definitivamente la columna vertebral del equipo. Y esta situación inesperada llega en el peor momento posible, en la visita a uno de los campos más comprometidos de la categoría, contra un Eibar recién descendido y reforzado al máximo para regresar a la élite en la primera intentona. El cuadro vasco sólo ha perdido un partido en casa y está luchando de una forma directa por una plaza de ascenso directo (es tercero, pero con los mismo puntos que el segundo, que es la Ponferradina).

El conjunto de José Alberto, aunque se desplazó con veintiún jugadores, cuenta con bajas sensibles en casi todas las líneas. La defensa se encuentra al límite, con sólo dos centrales del primer equipo, mientras que el centro del campo tendrá que contar con un canterano, seguramente Dani Lorenzo, para conformar una pareja de medios centro con Escassi. Porque están fuera del equipo por sus respectivas lesiones Ramón, Jozabed, Luis Muñoz y hasta Ismael Gutiérrez (tiene ficha con el filial). Y hay que añadir al sancionado Genaro. También se quedaron en Málaga Juande y Antoñín (este, a última hora por un proceso viral).

Rosario de ausencias

Un rosario de ausencias que dejan al equipo blanquiazul más diezmado que nunca este campeonato. De ahí que la reacción a la que está obligado para cambiar el rumbo eleva el nivel de dificultad a las puertas del final de la primera vuelta. José Alberto, incluso, podría verse obligado a retocar su fórmula de juego habitual para conseguir un mayor equilibrio en otra gran reválida contra un conjunto de un espectacular potencial en todas sus líneas y que dispone de exmalaguistas y otros jugadores que estuvieron muy cerca de convertirse en fichajes blanquiazules. Y también hay que tener en cuenta que, de los dieciséis profesionales, dos no están en condiciones de hacer una gran aportación: son los casos de Hicham, que todavía no ha disputado ningún minuto, y Chavarría, que continúa adquiriendo ritmo de juego tras sus lesiones.

Aunque no sea el lugar más adecuado para reaccionar, en el Málaga mantienen su plan de los últimos encuentros de arrancar lo antes posible el primer triunfo fuera de La Rosaleda. Será el décimo encuentro del once blanquiazul a domicilio, con tres puntos sumados en otros tantos empates conseguidos, lo que lo sitúa como el peor de la categoría en esta clasificación (igualado con el Alcorcón, que tiene los mismos puntos, pero conseguidos con una victoria). En cualquier caso, el Málaga tiene margen para superar este bache, si bien no puede alejarse en exceso de la sexta plaza para mantener todas las puertas abiertas cara a la segunda vuelta del campeonato, en la que, con toda probabilidad, la plantilla se reforzará para, al menos, suplir a los futbolistas que no estarán disponibles.