Emociones a flor de piel en la presentación del libro de Basti

Más que la puesta de largo de un libro pareció un 'reality show', con emociones a flor de piel. No faltaron las lágrimas del propio Basti, ni la del autor del trabajo, Dani Marín, o de los familiares del protagonista, e incluso se escuchó interpretar en directo una canción dedicada a 'Superbasti', guitarra en mano, por parte del artista Joaquín Crespo.

«Mi padre falleció el 10 de agosto, y mi madre (Carmen) tiene 85 años y es la primera vez que viene a La Rosaleda», recordó Basti, orgulloso de su origen gitano y que lleva a gloria haber vestido las camisetas del Club Deportivo, del Atlético Malagueño, tras la sufrida desaparición del primero, y del actual Málaga Club de Fútbol. Las tres prendas estuvieron expuestas en el acto, con presencia del administrador concursal del club, José María Muñoz; su director general, Kike, Pérez; los consejeros Francisco Martín Aguilar, Ben Barek y Ruiz Guerra; el director deportivo, Loren Juarros; el entrenador, Sergio Pellicer, y tres jugadores de la plantilla, Alfonso Herrero, Sangalli y Nelson. Hubo incluso autoridades como el vicepresidente de la Diputación, Cristóbal Ortega, y el alcalde de Frigiliana, Alfonso Herrero, grandes amigos de 'Superbasti'.

Basti recordó en un largo discurso a nombres clave en su progresión como Ismael Díaz (aludió a su primer entrenamiento con él, con pelotas de tenis), el fallecido Pepe Sánchez, un Ben Barek que le hizo debutar con 17 años en el primer equipo malaguista; Juan Godoy (también difunto y que presidió el Centro de Deportes de El Palo), que le ayudó al operarse con 15 años de fractura de tibia y peroné, y elogió al actual entrenador del cuadro de La Rosaleda, Pellicer. «Gracias por querer tanto al Málaga», dijo de forma tan clara como contundente. Un canterano como él, se reconoce en la labor del castellonense haciendo debutar a tantos jóvenes de La Academia.

Basti aludió a sus «ochenta hijos» en el Málaga Genuine de la Fundación, donde trabaja desde hace una década, y a personas clave en la génesis de su biografía, estructurada en siete capítulos, con una portada junto a redes del copo (obra de Jesús Mérida) en El Palo. El trabajo es una apuesta económica de la consultora ambiental Proamb, con Alberto Jiménez, su fan número uno, al frente, editado por Algorfa y a un precio módico de 19,95 euros, con numerosas fotos inéditas y la labor de escritura del periodista Dani Marín, aunque el libro está en primera persona. José Ramón Rodríguez ha sido el corrector de la edición.

«Basti para mí es mucho más que un amigo y un poco menos que un hermano. De pequeño era muy 'friki' y venía a ver a los jugadores antes que el instituto, y ahí fue cuando lo conocí en 1998. Pronto descubrí el carisma de Basti, todo el mundo lo paraba y lo reconocía. Tenía que encontrar su sitio en el Málaga y creo que hace una función vital», desgranó el autor, que reclamó «más tinta y menos 'scroll'» a las nuevas generaciones.

Hubo tiempo para un montaje de Edu de la Fuente con fotos que resumieron la trayectoria de Basti, que se acordó también de su familia, de sus hijos Marta, de 23 años, y Basti, el más pequeño y que juega ya en el juvenil de División de Honor del club. «Si alguna vez debuta en el Málaga sería lo máximo», y agradeció la presencia en la sala de Ismael Díaz, llegado expresamente desde Asturias, de Paco Ráez y de exjugadores como Juanma y Padilla.

«Tener el libro de mi ídolo es uno de los mayores regalos de mi vida», reconoció también Alberto Jiménez, artífice de que salga a la luz. «Hablar de Basti es hablar de la historia viva del malaguismo, siempre que no toque las palmas, ahí suele fallar un poquito…», bromeó. Fue un acto de una hora que nunca se hizo largo.