Ponferrada-Málaga, un regreso interminable para la afición

Los protagonistas de este periplo, desplazados en siete autobuses de Vázquez Olmedo desde las 22.30 horas del sábado, coincidieron en muchos casos con los que acudieron a Lugo (0-2) en el último viaje. Después de aquella buena experiencia, querían repetir con otro triunfo, pero esta vez no se dio, y toca un ambiente pesaroso en las cerca de catorce horas de vuelta a Málaga por carretera.

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A diferencia también de lo sucedido en el Anxo Carro de Lugo, los malaguistas, situados en un fondo del estadio, no pudieron hacerse oír tanto en el recinto, con cerca de 4.500 aficionados testigos de la victoria local. También el horario del partido impuso diferencias, porque entonces, al jugarse a las 14.00 horas, se llegó con el tiempo justo, pero este domingo (al comenzar el duelo a las 16.15), hubo más margen antes pero el regreso será más tardío, en torno a las nueve o diez de la mañana de este lunes, teniendo en cuenta las paradas preceptivas en el viaje.

Tampoco hubo ese lanzamiento de camisetas al final del partido contemplado en Lugo. Contritos por la derrota, algunos jugadores agradecieron el apoyo, pero no era el momento de establecer mucha interacción y repetir episodios desagradables como uno vivido en Albacete este curso. Fueron el director general, Kike Pérez, y uno de los capitanes, Escassi, los que hablaron en la zona mixta del estadio y pidieron perdón por el resultado y la pésima temporada, que salvo milagro llevará al Málaga a Primera RFEF.