El plan de Zaragoza le vale al Málaga en Huesca

Su actuación en La Romareda la pudo ver toda España en abierto a través de Gol. El Málaga pudo ganar (lo hacía en el minuto 89) y perder (el Zaragoza empató después y Soro falló un gol cantado más tarde), casi como le viene sucediendo en todos sus encuentros, siempre resueltos con empates, victorias o derrotas mínimas. En un partido que dominó ante el Sporting (0-0), Munir hizo dos paradas salvadoras en el añadido; en Anduva se dejó dos puntos en un partido en el que se mostraba superior al Mirandés (1-1); ante Las Palmas (1-1) le condenó un error de Diego en el segundo tiempo en el primer remate del rival y contra el Rayo (1-1) el partido le vino largo tras un buen primer tiempo. Son sólo algunos ejemplos. Sin redondear nunca la faena, las huestes de Víctor encadenan ya ocho jornadas sin ganar y el ambiente que se respira fuera del club, dominado por el pesimismo ante las dificultades económicas, no casa con una plantilla comprometida y que se sabe abstraer de los problemas en el campo.

Incluso, no es exagerado afirmar que al Málaga le van más rivales como el Zaragoza que otros que juegan a replegarse y a ceder la iniciativa a sus rivales. En un duelo de portería a portería en muchas fases como el que se vio en La Romareda, el cuadro de Martiricos tuvo tramos de muy buen fútbol, y el plan puede ser igual de válido mañana en El Alcoraz.

En una categoría marcada por la igualdad en lo deportivo y la especulación en lo táctico, las excepciones son conjuntos como el Zaragoza y el Huesca (también el Rayo Vallecano o Las Palmas), que tratan bien el balón, se afanan en dominar la cuota de posesión y en jugar cerca del área rival. Al Huesca no le fue bien la fórmula el miércoles en Cádiz (1-0), pero se mantiene fiel a su filosofía, con un técnico (el exmalaguista Míchel) y una plantilla conformes con esa idea. En su regreso a Segunda la entidad aragonesa ha reunido en la zona de tres cuartos de campo a futbolistas del corte de los Eugeni, Juan Carlos, Raba, Ferreiro, Ivi, Sergio Gómez o definidores como Okazaki, Escriche o Cristo. Mucho talento para tratar de volver pronto a la élite.

Pero al Málaga le van este tipo de rivales. Víctor podría repetir su 4-1-4-1, que en la salida del balón añade la variante de retrasar a Luis para que se incruste entre los centrales cara a liberar a estos y sumar líneas de pase. Pero a la postre al equipo le faltó más criterio en los contraataques para sacar un mejor resultado en Zaragoza.

«Puede parecer que vienen en malas condiciones, pero no es así. Ante el Zaragoza hicieron un muy buen partido, en el que hasta el minuto noventa tuvieron opciones de victoria. Pueden dar un paso adelante para estar arriba», reconoció ayer el técnico del Huesca, Míchel, que también ve en el Málaga un lobo con piel de cordero. «El Málaga ahora es un equipo que se junta muy bien y sale a la contra con peligro también. Cuenta con buenos jugadores por fuera para contragolpear y con un punta de referencia que se las queda (Sadiku). Es un equipo muy bien trabajado, que nos va a poner en las máximas dificultades posibles», insistió Míchel.

La plantilla malaguista se entrenó ayer por la mañana en el campo municipal de Sabiñánigo (Huesca) en la concentración que comenzó en el hotel EXE Las Margas, en la localidad de Latas. La proximidad de las fiestas de El Pilar en Zaragoza llevaron a la expedición a acercarse al escenario de la cita de mañana. La sesión de trabajo de ayer fue de recuperación para los titulares el jueves en La Romareda, mientras que para el resto si hubo un trabajo más intenso. Entre ellos para Cifu, baja ante el Zaragoza por unas molestias en una cadera y que se entrenó con normalidad, por lo que se espera que pueda ser titular en El Alcoraz. Además, el equipo no cuenta con otro lateral derecho específico, ya que el canterano Ismael, que se retiró lesionado en La Romareda, esta aquejado de problemas musculares y ha sido llamado por la selección española sub-19.

La principal duda es qué tipo de rotaciones medita hacer Víctor, después de tres partidos en una semana. La situación deportiva y la profundidad de la plantilla (con sólo diecisiete profesionales y alguna baja) no concede margen para muchas combinaciones.