Se tiende a pensar que los entrenadores tienen más o menos decidido el plan de partido para el siguiente compromiso el miércoles o, como mucho, el jueves. Sin embargo, rara vez sucede así. Si acaso, cuando con anterioridad se ha producido un triunfo convincente y ... lo mejor, como se suele decir, es no tocar nada. Esta vez Sergio Pellicer y su equipo de trabajo no lo tuvieron tan claro. Sí eran conscientes de las virtudes y debilidades del Alcorcón, engañoso colista –estaba a un solo punto del decimoctavo–, pero tocaba meditar mucho qué jugadores debían ser sacrificados, cómo reforzar el equipo defensivamente y también cómo encontrar fórmulas resolutivas en ataque. Al final, hasta las bajas influyeron en la decisión...
«Tenemos que mantener un equilibrio y trabajar como siempre». Pellicer no ocultó el objetivo en su comparecencia en la víspera: la prioridad era mantener la puerta a cero. El cuerpo técnico cada vez tiene más asumido que ese es el único camino para obtener el triunfo y se ampara en un dato demoledor: hasta esta cita en Alcorcón únicamente se había conseguido en tres de los 15 últimos encuentros de Liga. Sucedió en Gerona y en Fuenlabrada, y también en casa contra el Logroñés, partido este último condicionado por la necesidad de contener tras la expulsión de Rahmani antes del descanso.
Hasta la última jugada estaba preparada para sorprender al contragolpe; ya ocurrió en Castellón cuando se lesionó Hicham
De ahí el plan de partido elegido por Pellicer. Influyeron las características del Alcorcón –en particular, su presión alta y su juego directo–, pero también las circunstancias del equipo. Y no sólo la crisis de resultados. Se esperaba, como confesó el propio entrenador tras la victoria, un encuentro «largo». Los técnicos coincidieron en la apreciación de que iba a ser un choque muy cerrado, probablemente de un solo gol. Esa fue la razón del retorno a los tres centrales. Dado que Escassi debía actuar como medio centro por la baja de Luis Muñoz (no tanto la de Benkhemassa, que no es un '6'), faltaba elegir al acompañante de Lombán y Juande. El buen nivel de Ismael en el día a día lo aupaba a la titularidad, pero, ¿como central o como 'carrilero'? Finalmente actuó en el eje por la confianza en un futbolista experimentado como Alexander para ir a buscar más arriba al Alcorcón.
Precisamente la débil presión en los últimos partidos también influyó en la suplencia de Rahmani o Joaquín, desdibujados de una tiempo a esta parte. ¿Por qué ambos se quedaron fuera? Además de prever un partido 'largo', se intuía que el rival iba a estar menos fresco físicamente en la segunda parte. Pero además la baja de Orlando Sá obligó a guardar balas en la recámara. A domicilio la pareja Caye Quintana-Chavarría suele ser muy eficaz a domicilio porque sus permutas permiten ganar más juego entre líneas. Se requería entonces un tercer hombre más habituado a moverse 'por dentro', de ahí la elección de Jairo en lugar de Rahmani.
El partido transcurrió como estaba previsto, sin ocasiones claras, y eso dio pie a introducir primero a Rahmani y luego a Joaquín para terminar de acorralar al Alcorcón. Faltó rematar la faena, pero también estaban estudiadas algunas jugadas para sorprender al contragolpe. La acción de gol de Chavarría fue en gran medida culpa del despropósito defensivo de los locales, aunque no fue ni mucho menos una casualidad. El golpeo en largo o los cambios de orientación en situaciones de agobio están más que trabajados. Se pudo comprobar en Castellón, con el rival achuchando en los últimos minutos para neutralizar el 0-1 malaguista. Y es fácil de recordar: tras aquel golpeo en largo de Cristian de la banda derecha a la izquierda, Hicham arrancó como lo hizo Chavarría el sábado en Santo Domingo, pero se rompió al poco de empezar la carrera.
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