La pesadilla que vivió el entrenador del Sporting en La Rosaleda

De muy poco le sirvió a Gallego resarcirse hace poco más de dos años, cuando ya como entrenador del Espanyol, en la penúltima jornada de la temporada 2017-2018, su equipo vapuleó al ya desahuciado Málaga por 4-1 (con goles, ahí nada, de Gerard Moreno, Sergio García, Baptistao y Piatti). Porque la pesadilla que vivió en La Rosaleda aquel caluroso domingo de junio impidió que diera el salto como futbolista a Segunda División, circunstancia que se demoró dos años, ya en las filas del Hércules.

No era precisamente Gallego un futbolista menor en aquel Tarrasa que naufragó en el recinto de Martiricos. Al contrario. Era el motor del equipo junto a Tito, que luego pasó, entre otros, por el Levante, del que llegó a ser director deportivo. Precisamente en la crónica de SUR de aquel encuentro se destacaba que, tras el primer gol malaguista (y primero de los tres con la firma de Guede), el entrenador visitante decidió cambiar el sistema para buscar la igualada. Fue entonces cuando los dos centrocampistas comenzaron a volcar el juego a la banda derecha. El entrenador malaguista, Ismael Díaz, había ordenado al lateral izquierdo, Merino, mantenerse arriba y el conjunto catalán comenzó a aprovechar la enorme distancia entre el churrianero y el central zurdo, Roteta. Y por allí llegó la acción del empate, fabricada por dos exmalaguistas, el delantero Campuzano y el centrocampista Méndez (este último, descartado precisamente a mitad de aquella temporada). Aquel tanto, en el minuto 38, interrumpió la euforia de los aficionados malaguistas, los que estaban en La Rosaleda y los que seguían el decisivo encuentro por televisión (fue emitido por Canal Sur en una desconexión para la provincia). Sin embargo, cinco minutos más tarde, en el 43, Merino devolvía la ilusión con una volea en un córner.

El arreón del Málaga no cesó en la segunda parte y, llevado en volandas por la afición y con la colaboración del guardameta visitante (Sergio no estuvo muy afortunado), se consumó la gesta, aquel inolvidable 4-1 que supuso el contraste de una Rosaleda enardecida, con invasión al campo por parte de los aficionados, y un Tarrasa con sus jugadores, entre ellos Gallego, totalmente hundidos.

Finalmente Gallego cumplió el sueño de llegar a Segunda y más tarde también a Primera. Y precisamente en su estreno como jugador en la élite volvió a toparse con el Málaga. Lo hizo en su primer encuentro con el Recreativo de Huelva y fue desde la banda, mientras calentaba para saltar al terreno de juego del Nuevo Colombino (lo hizo en el minuto 67), cuando asistió a la consumación de la mejor actuación de Musampa como malaguista. Aquella tarde el extremo zurdo holandés firmó él solito la remontada ante el 'decano' (2-3) con un 'hat trick'.

David Gallego vuelve mañana a La Rosaleda. Verá un estadio cambiado y vivirá una situación atípica con el recinto vacío, pero probablemente aún no haya olvidado aquella pesadilla vivida el 28 de junio hace 22 años.