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Entre varias decenas de entrenadores en la carrera del jugador profesional más veterano del fútbol profesional en España, Rubén Castro, este periódico le pidió en ... una entrevista que eligiera al que más marcó su progreso. La estrella del Málaga no tuvo que pensarse la respuesta: Pepe Mel (Madrid, 1963). El destino (habrá quien interprete que no es casualidad) ha querido ahora que el técnico madrileño y el atacante canario vuelvan a unir sus caminos, después de coincidir por primera vez en el Rayo Vallecano (2009-10) y, más tarde, en el Betis (2010-13 y 2014-16), en las que fueron muchas de las campañas más prolíficas del goleador grancanario.
Delantero de área como Rubén Castro, Mel colgó las botas en 1998 tras una aceptable carrera en España. Aunque apenas pasó de 50 partidos en Primera, también llegó a ser 'Pichichi' de Segunda, con el Betis (1989-90). Forjado en la cantera blanca jugó, además de en el cuadro verdiblanco, en Osasuna, Castellón, Granada, Getafe, Écija y Angers.
Desde el 23 de enero no se sienta en un banquillo, con lo que apenas acusará la inactividad ni la falta de actualización. A sus 59 años, su carrera de técnico se ha prolongado durante el siglo actual, con un número largo de equipos, aunque en tres de ellos con ciclos inusitadamente largos, frente al continuo devorar de inquilinos los banquillos de nuestro fútbol. Primero en el Rayo Vallecano, adonde llegó en 2006 en Segunda B. Lo subió a Segunda, fue quinto en la categoría la campaña siguiente (2008-09) y destituido en 2010, siendo undécimo, tras una mala racha de resultados.
También se recuerda su paso por el Betis, desde el verano de 2010. Subió a equipo a Primera en un año en el que su equipo llegó a jugar cuartos de final en la Copa, y aseguró la permanencia en la élite a tres jornadas del final en la 2011-12, y en la 2012-13 el cuadro hispalense acabó séptimo y se clasificó para la Europa League, pero en diciembre de 2013 le llegó la destitución, como colista con 10 puntos en 15 jornadas. Tuvo una segunda etapa no mucho después, desde diciembre de 2014, con el ascenso a Primera, pero cesó en enero de 2016.
Finalmente, su otra etapa larga fue en Las Palmas, la última emprendida, con la que ha pasado a la historia como el segundo con más partidos consecutivos dirigidos al frente del cuadro amarillo, 128, sólo por detrás de Pierre Sinibaldi. Llegó en marzo de 2019, supliendo a Paco Herrera en una situación difícil, y obtuvo la permanencia. En las dos campañas siguientes su equipo fue noveno, sin poder optar al final a los 'play-off' de ascenso, y se le destituyó en enero, siendo el equipo séptimo y a sólo tres puntos del sexto, con un balance final de 44 victorias, 41 empates y 43 derrotas. A la historia pasará por haber dado la alternativa a Pedri con 16 años, quizás el futbolistas españoles de más valía del momento, pero lo cierto es que Mel siempre se ha caracterizado por tener pocos reparos hacia el progreso de canteranos.
Pero Mel, que comenzó su periplo de técnico en los modestos Unión Zona Norte de Madrid y Coslada, estuvo en el Mérida, Murcia, Tenerife (2001-02, con el que debutó en Primera, sin acabar el curso), Getafe (2002-03), Alavés (2003-04, al que llevó a semifinales de Copa estando en Segunda), Polideportivo Ejido (2004-05, en la que por primera ves este equipo fue líder de Segunda, y comienzos de la 2005-06), West Brom (2013-14, con la permanencia en la Premier League) y Deportivo (desde finales de la 2016-17, salvando al equipo en Primera en una situación apurada, al inicio de la 2017-18).
En total, 664 partidos entre Primera y Segunda en los banquillos (250-199-215, en el balance de triunfos, empates y derrotas), y dos ascensos a Primera (con el Betis) y uno a Segunda). Curiosamente, sin descensos. En todo caso, cuando hubo peligro siempre fue destituido antes, y no se puede negar tampoco que en la carrera del madrileño han habido muchos ceses.
«Un entrenador convence, la mejor táctica es aquella en la que todos creen», recita Mel como lema que define su filosofía en su propia página web. Sus equipos siempre se han caracterizado por su alegría atacante, de ahí que encajara tan bien con la idiosincrasia de sus clubes en el Betis, Rayo y Las Palmas. Fiel al 4-4-2 clásico, lo que es innegociable para él es la zaga de cuatro, porque en ocasiones recurre al 4-2-3-1, pero ahora deberá ajustar esta propuesta a una plantilla escasa de extremos puros (apenas Hervías y Haitam), porque Álex Gallar y Fran Villalba, que pueden actuar cerca de los costados, tienden al centro y no son jugadores de desborde y envíos perpendiculares al área.
El Málaga reúne ya a dos novelistas con su llegada. Autor de cinco títulos ('El mentiroso' (2011), 'El camino al más allá' (2013), 'La prueba' (2016), La llave sefardí (2018) y, recientemente, 'Los asesinatos de la Xana'), se suma al también madrileño Fran Sol ('Madrid 2035', publicado en 2020). Ahora lo que necesita el club de Martiricos es que la novela de esta temporada tenga un final feliz. El primer reto está en el horizonte más cercano, este sábado ante el Villarreal B, con el objetivo de ganar un partido en casa tras catorce partidos sin lograrlo. Las estaciones de Natxo González y Pablo Guede se acabaron sin conseguirlo.
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