Domingo, 7 de junio 2020, 00:30
Responsabilidad y optimismo son las premisas que transmite Sergio Pellicer cara a una competición exprés de 11 partidos en los que el Málaga se la jugará. En una entrevista telemática con SUR, el entrenador tiene muy claro que sus jugadores están preparados y que darán ... el máximo por conseguir los objetivos, si bien advierte de las limitaciones que tiene una plantilla corta y con algunos lesionados. Piensa que serán claves las primeras jornadas y está convencido de que el apartado psicológico, la mentalidad de los jugadores, será determinante para sumar puntos. Pero quiere ir paso a paso...
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-¿Cómo está de ánimos a menos de una semana para la vuelta?
-Estamos con muchas ganas y tenemos que transmitir eso. Con lo que ha ocurrido a todo el mundo, ya podemos mirar el futuro en lo que nos compete, poder jugar. Aunque va a ser en una situación con un poco de incertidumbre, nos jugamos el trabajo de todo el año, y se lo comentaba a los jugadores, en muy pocos días. Estamos de ánimo muy bien, y entrenamos muy bien, con mucha ilusión y ganas. Los técnicos tenemos que transmitir confianza al grupo porque al final, más allá de ganarnos la confianza de la gente de fuera, tenemos que ganarnos la de los jugadores a base de trabajo, conocimiento y exigencia.
-Se juegan mucho, pero en esta 'miniliga' habrá que transmitir a los jugadores las sensaciones y lo que quieren desarrollar. ¿Qué sensaciones tiene?
-Tenemos que pensar en positivo. No podemos vender humo, pero trasladamos lo que vemos en el día a día. Y las sensaciones están siendo positivas. Todos los cuerpos técnicos tienen que trasladar eso. Es una Liga exprés en la que creo que van a ser claves las primeras tres o cuatro jornadas. Vamos a vivir en una montaña rusa a nivel de todo: emocional, físico... Y tenemos que tener equilibrio, paciencia si hay alguna derrota y prudencia si hay alguna victoria. Tenemos que estar muy preparados a nivel mental. Cuando acabe el primer partido el viernes ojalá tengamos esa sensación de la victoria que nos va a ayudar. En caso de que no, tendremos que estar pensando en Tenerife porque esto va a ser un no parar. Vamos a vivir en un desequilibrio emocional donde triunfará el equipo que esté mejor preparado, porque a nivel técnico-táctico y físico más o menos estaremos igualados. Jugar sin público y todo el tema de las medidas de seguridad, las mascarillas, los viajes, la sensación de estar en un búnker... Al final genera un estrés emocional y el que mejor preparado esté en esto cumplirá el objetivo.
-¿El estado emocional y las lesiones son las dos principales preocupaciones?
-Así es. En el día a día estamos siendo muy pesados con los jugadores. Cuando empieza un entrenamiento buscamos muchos objetivos: el físico, táctico, técnico y emocional incluso. Y en esa pirámide, sobre todo, el objetivo de que no haya ningún lesionado. Tenemos que ir ajustando las cargas. Lo vemos en la Bundesliga: En la primera jornada hubo 8 o 9 lesionados. Lo sabemos y tenemos que vivir con ello, intentar hacer todos los trabajos posibles para que esa pizca de suerte que necesitamos esté de nuestra parte.
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-En esta situación, ¿qué es lo prioritario que quiere transmitir a los jugadores para que mentalmente estén al cien por cien?
-La mayor inversión de un futbolista o deportista de élite es su cuerpo. Los jugadores han venido en un estado de peso y grasa mejor que como estaban antes (del parón). Sobre el tema emocional, cada uno tenemos una mentalidad diferente. Lo primordial es que en el grupo pensemos todos lo mismo. Como si fuéramos al cine a ver todos la película que nos gusta. Es un símil de que todos nos guste lo mismo y pensemos igual porque va a haber partidos con muchos goles, en los que el rival se puede poner por delante por más de un gol... Y el equipo que esté mejor preparado mentalmente ante la adversidad es el que mejor va a sacar los puntos. Y ese trabajo se hace cada día generando un buen ambiente de grupo, pero con exigencia. Muchas veces las gente habla que la cercanía va relacionada con la dejadez, y ni mucho menos. Ahora mismo se consigue más con un kilo de cariño que con una tonelada de mucha prepotencia o dureza. El tipo de preparación ha cambiado y cada uno tiene que saber en qué equipo está, que situación hay, cuál es la filosofía, la ciudad... Y a partir de ahí, gestionarlo de la mejor manera. Al final el viernes quienes salen a jugar son los jugadores. Y nosotros somos unos meros guías para llevarles por el camino de que confíen en la manera de trabajar para conseguir los resultados.
-Se ha hablado mucho de jugadores a los que les puede pesar la presión y que ahora no la van a tener. ¿Hay futbolistas que rendirían mejor sin ella?
-Creo que sí. El futbolista es un privilegiado pero no deja de ser persona, y todo ese ruido que hay alrededor le llega a él y sobre todo le llega a su entorno, que es lo que más duele. Sí que es verdad que encontrarse un escenario vacío a veces puede dar la sensación de estar en el salón de su casa. Aunque será al contrario y habrá que tener mayor concentración. Tenemos que trabajar eso, pues posiblemente, y como vi en mi época de jugador, había jugadores que hacían un entrenamiento espectacular y luego el día del partido, por lo que fuera, no daba ese rendimiento. Puede ocurrir y se lo comunico a ellos. El fútbol son momentos y todo puede cambiar en cinco minutos. La mente hace que el futbolista se sienta mejor si las cosas le van bien. Eso puede ocurrir y creo que lo vamos a ver.
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-¿Será más fácil jugar fuera?
-La estadística de la Bundesliga está ahí. Creo que el factor campo no tiene ninguna ventaja y la sensación más bien será de campo neutral. Es cierto que venir a La Rosaleda es estar en casa, pero al no haber público los números anteriores queden a un lado. La Bundesliga tiene un nivel, y en Segunda tenemos uno muy parecido y se puede dar que todas las estadísticas de allí cambien aquí. Es verdad que el factor campo, para mí, no supone una ventaja. Es como un partido de pretemporada, pero jugándote puntos. Hay aficiones y campos que ganan puntos, y uno es La Rosaleda.
-¿Está el Málaga en un claro agravio comparativo con su déficit de jugadores profesionales si no se modifica la norma?
-Está claro. Ha aumentado el cupo de cambios y de convocados, y se debería haber ampliado, sobre todo por las circunstancias en que ahora vivimos. Hay más riesgo de lesiones y luego está el tema del Covid-19, que ojalá no haya ningún tipo de contagio. A nosotros no nos tiene que servir de excusa. Los equipos más poderosos y con plantillas más amplias van a tener ventaja. Creo que se debe ajustar un poco todo. Al final hay un fútbol en los despachos que no podemos controlar y si no se cambia esperemos que podamos cumplir el cupo de 23 jugadores convocados, de poder hacer los cinco cambios y no tener que hacer el encaje de bolillos. Esperemos que cambie, pero nuestra mentalidad es que tenemos que ser valientes y humildes y no buscar excusas. Pero es cierto que sería una mejora para el día a día del trabajo y para ver el futuro de las jornadas con un poco de más tranquilidad.
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-Luego está el caso de Mikel. Puede que tenga que dejar de contar con él a partir del 30 de junio porque acaba su contrato...
-Soy sincero: yo estoy contando con Mikel. En el día a día, lo que nos traslada es que está para competir. Y estamos muy contentos. Cuando llegamos estaba lesionado y a partir de ahí no pudo jugar, y siempre con su actitud, como todos hasta ahora, se ha ganado el respeto y es un jugador muy querido. Lo que él me demuestra, como el resto, es que está disponible. A partir del 30 de junio veremos. Pero no pienso en el 30 de junio, sino en el partido del Huesca. Con Mikel estoy muy contento. Va a estar y nos va a ayudar.
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-¿En qué lugar queda el riesgo de caer contagiado? ¿Existe temor o los protocolos aportan total garantías?
-Temor, no; respeto, sí. No hemos encontrado temor en ningún jugador, como pasó con algún jugador de Segunda. En el club hemos sido un ejemplo en todo, y el inspector de LaLiga lo puede decir. Hemos cumplido todos los protocolos y La Rosaleda se ha dispuesto de la mejor manera, cómo hemos organizado los entrenamientos y ahora el asunto de los vestuarios. Respeto hay, pero LaLiga va a marcar todo y va a haber test cada dos por tres. Eso permite tener mucha seguridad.
-¿Da por sentado que la recaída de Pacheco le hace no estar disponible para el final de Liga? ¿Y hasta qué punto la lesión de Benkhemassa es una preocupación?
-Con Dani quiero ser optimista y se lo traslado a él todos los días. El jugador es el que sufre, en este caso en su pie. Tenemos que ser muy cautelosos, pero tengo que ser optimista y pensar que en algún momento vamos a poder contar con él. En ningún caso, ni el jugador ni los servicios médicos ni mucho menos en el cuerpo técnico damos por olvidado a Dani. Pensamos que podrá ayudarnos, y si no es así, que no sea porque no lo hemos intentado. Con Benkhemassa tenemos buenas sensaciones a pesar de que ha sido una lesión del adductor. Ya ha empezado a hacer algo y a lo mejor no llega al partido del Huesca, pero sí podrá estar al final, porque puede ser menos de lo que en principio era, y tenemos que ser realistas pero también optimistas. Además, es un momento en el que todos tenemos que arriesgar porque hay que dar un puntito más. Cuando haya una molestia, intentar recuperar lo antes posible y poner todos los medios posibles. Soy optimista en poder tener a Dani, a lo mejor no pronto, pero sí al final, y que Benkhemassa pueda estar en un par de semanas.
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-¿Dará la opción de cinco cambios un fútbol de más presión, más intenso y físico todavía?
-Eso está por ver por los datos físicos y por la situación de la que vinimos. Cuando pasó lo del coronavirus, los equipos estaban en un pico alto de forma, y ahora venimos de un parón, aunque hemos llegado a un nivel muy alto. El nivel emocional va a hacer mucho. Estamos viendo la Bundesliga y hay equipos que van a presionar de forma muy asfixiante en bloque alto, y otros que se repliegan. El porcentaje de la mayoría de los goles, en un 60%, son de transiciones. Es decir, error del rival, pérdida y a correr metros a la espalda. Y luego, las acciones a balón parado y centro laterales. Luego, en ataque posicional, exceptuando al Bayern, son errores individuales. El asunto de los cinco cambios hay que ajustarlo muy bien. Los últimos cambios lo tienes que aguantar al minuto ochenta y algo por las lesiones o lo que pueda ocurrir para poder cambiar un poco el signo del encuentro. Habrá un poco de todo, pero no sé hasta qué punto a un equipo le puede dar el físico para tener todo el partido una presión alta a pesar de los cinco cambios. Vamos a ver un gran porcentaje de equipos que van a esperar e intentar que el rival se equivoque.
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-¿Hasta qué punto puede afectar al equipo todo el ruido exterior? El ERE, el asunto judicial, la aparición del propietario mediante comunicados...
-Nuestro día a día es todo del tema fútbol. Está claro que abstraerse es imposible. Primero, hay que tener empatía con todos los trabajadores que puedan entrar en el ERE, porque al final no es una situación agradable y todo el mundo la sufre. La única manera, cada uno desde nuestra responsabilidad, para que haya viabilidad es que rindamos en el campo. Y la mayor honra será el trabajo en el campo. Ocurrirá lo que tenga que ocurrir sobre resultados, pero el equipo lo tiene que dar todo. Son situaciones que no podemos evitar. Claro que al jugador le llega todo lo del entorno. Intentamos trasladarle que piense en el terreno de juego. El equipo está centrado, siempre con la empatía y la preocupación que existen. Son situaciones que si se hubiesen hecho hace unos años no serían tan traumáticas ahora, pero el administrador, José María, que es malaguista, está intentando buscar el mejor plan de viabilidad y que el club tenga futuro. Nuestro camino es competir y honrar a toda esa gente y lograr los puntos para poder competir el año que viene.
-¿Tiene la sensación de que el anuncio de su renovación le da mayor autoridad y de que un grueso importante de jugadores están ante su último servicio?
-Como sabéis, llegamos para dos partidos y seguimos porque los resultados fueron positivos y la gente se sintió bien. Nos ratificaron y nos dieron un voto de confianza. Yo no lo veo como otro año más, sino como 11 partidos. Yo en el futuro, en ese aspecto, no pienso porque en el caso de los cuerpos técnicos está el presente. Habrá jugadores que lo sientan así, pero yo no. La autoridad va en el día a día, en que vean que trabaje como el primer día o más. La autoridad no va unida a la exigencia. Sobre el futuro de la plantilla está claro que hay muchas circunstancias. Dependiendo de las situaciones podremos pensar en qué tipo de perfil hay para el año que viene. Yo no pienso que los jugadores estén haciendo un último servicio, sino este servicio, que es su trabajo y el nuestro, para hacer lo mejor posible para el Málaga y que podamos tener también el futuro mejor. Y eso tiene que ser si mejoramos el presente; si no, va a ser muy complicado.
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-Es obligado preguntarle por el primer rival, el Huesca. Quizás no sea el mejor para empezar.
-Junto al Girona, tiene la plantilla más amplia y más equilibrada. Es un rival que como visitante no tenía números positivos, pero su objetivo es el ascenso directo. Es muy buen equipo, de los mejores antes de que pasara todo. Quiere ser protagonista con el balón, es muy dinámico, con jugadores de mucha calidad y un entrenador que conoce perfectamente la categoría. Es el único equipo que ha sido superior al Málaga en un partido. Hay que ser valientes. Es un rival que nos propondrá un partido de goles. Van a ir a atacarnos. Esperemos ser más efectivos que ellos.
-¿Se puede pensar que el Málaga puede engancharse a los 'play off'? ¿Lo ve factible?
-Siempre tenemos que mirar hacia delante y es bonito soñar. El aficionado que piense eso es por los últimos partidos que vio, y eso nos llena de mucha responsabilidad. Pero tenemos que ser realistas: eso está a ocho puntos y el primer objetivo es sacar los puntos para tener tranquilidad. A partir de ahí, los jugadores, como todos, no vamos a poner el freno de mano en nada. Queremos y vamos a ir a por más, pero lo primero es ir paso a paso sumando los puntos. El ganar te lleva a ganar. Tenemos que ser realistas con el objetivo y la plantilla que tenemos. No por la calidad, sino por el número y la situación con las fichas. Pero, repito, no puede servir de excusa.
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