Pellicer: renovación en punto muerto

Conviene ir por partes. De un lado, Pellicer quiere quedarse (pesan su familia, su apego al Málaga, su conocimiento del club), pero no le ha gustado tanta demora en el ofrecimiento del director deportivo, Manolo Gaspar. Casi dos meses después de que se oficializara la continuidad del paleño, se produjo finalmente en vísperas del partido en Las Palmas. El proyecto de subsistencia estaba basado en tres pilares (José María Muñoz, Manolo y Pellicer) y tampoco la agencia que representa al castellonense se tomó muy bien la postura del club. Independientemente, le llegó el mensaje de que en La Rosaleda empleaban durante ese periodo el argumento de que «en el mercado hay muchos entrenadores».

En la otra parte, en el club, Manolo ha pretendido demostrar que él, como responsable de la parcela deportiva, maneja los tiempos y ha preferido esperar a que la permanencia estuviera más o menos encarrilada. La trayectoria del equipo hizo soñar incluso con acceder a los 'play-off' de ascenso, pero también se valoró internamente que el anuncio de una renovación 'temprana' podría influir en un declive en el rendimiento de los jugadores.

Por todas estas razones, pese a que para el Málaga la principal opción es Pellicer y para Pellicer la principal opción es el Málaga, la toma de contacto del pasado martes no tuvo el resultado deseado. El entrenador ha optado por delegar en sus agentes y por argumentar que a día de hoy no está para distracciones y que la permanencia aún no está garantizada (cuando debiera darse una combinación de demasiados resultados para bajar a Segunda B). En cierto modo, ha sido la respuesta del entrenador ante ese temor a un posible declive que apuntaban en las oficinas de La Rosaleda.

En definitiva, Pellicer no se ha sentido suficientemente querido porque Manolo siempre ha trasladado que era pronto para saber qué podía ofrecerle al entrenador, en proyecto y en materia económica, cuando esa situación no ha variado con el paso de las semanas. «Hay que tener mucho equilibrio y, cuando esté todo cerrado a nivel clasificatorio, pensar en aclararlo todo», confesó el entrenador tras el empate con el Mallorca. El empleo de la expresión «aclararlo todo» es muy elocuente.

Mientras, la agencia de representación del entrenador tampoco está dispuesta a que Pellicer acepte un 'renovar por renovar' y pide ciertas garantías porque la próxima temporada el nivel de exigencia, por mucho que el tope salarial vuelva a situar al Málaga en el furgón de cola de Segunda, será mayor. «Estoy cansado, agotado, como todo el equipo. Ha habido mucha tensión, muchas situaciones... Llevo un año y medio de mucho desgaste», subrayó el entrenador tras alcanzar los 50 puntos.

A ello también cabe sumar las reflexiones de Pellicer en las últimas horas. «Tenemos que ir todos de la mano», apuntó en la víspera de recibir al Mallorca. «Hay mucha complicidad, mucha transparencia con Manolo, con José María, con toda la gente del club... No hay ningún problema», destacó tras el partido. Es decir, al entrenador le gustaría tener más voz y voto en la planificación de la plantilla y en ciertas decisiones relativas a la parcela deportiva.

De momento, todo parece encaminado a una resolución no esta semana que empieza, sino la que viene. Como dijo Pellicer, «las dos partes sabemos lo que queremos» (innegable muestra de que existe un tira y afloja). Y dado que el entrenador supedita la decisión a confirmar matemáticamente la permanencia en Oviedo, aún habrá que esperar al menos siete días. Será entonces cuando vuelvan a sentarse para zanjar todas las dudas y acabar con el punto muerto en la renovación (o no) del castellonense. «A ver si en Oviedo podemos certificarlo y tanto el club como yo hablamos y queda todo claro». Porque es evidente que de momento nada está claro...