Pellicer conoce bien a Cristian

Después de su éxito en el juvenil del Málaga –con la consecución de la Copa de Campeones– y su ascenso al primer equipo para formar parte del cuerpo técnico encabezado primero por Marcelo Romero y después por Míchel, Pellicer firmó por el Deportivo para dirigir a su filial en Segunda B en la temporada 2018-2019. Lo hizo a finales de octubre, cuando el Fabril ya era penúltimo en el grupo I tras los cuatro puntos sumados en los primeros nueve encuentros bajo la dirección de Tito Ramallo. Aquel pobre comienzo marcó la temporada de su equipo, que pagó la novatada en la categoría de 'bronce' y nunca logró levantar cabeza (como le sucedió esa misma campaña al Atlético Malagueño).

El actual entrenador blanquiazul tuvo un comienzo esperanzador, pero paradójicamente un gran triunfo frente al Castilla (4-3), lejos de suponer la reacción deseada, fue el comienzo de una racha de dos empates en ocho encuentros que acabó con su trayectoria en el filial deportivista. El balance, nueve puntos en 14 partidos, con dos victorias, tres empates y nueve derrotas. Fue sustituido por Luisito, que en las 15 últimas jornadas no pudo enderezar el rumbo. El Fabril acabó colista con sólo 24 puntos.

En sus tres meses y una semana al frente del filial deportivista Pellicer contó con una plantilla en la que los jugadores más destacados eran Sadick (que ha sido titular esta temporada en 27 partidos con el Deportivo) o Joni Montiel (que ha disputado 25 con el Rayo, aunque sólo seis en el once inicial). Pero después del Fabril el equipo al que mejor conocía el técnico castellonense era precisamente el Atlético de Madrid B, en el que el segundo fichaje malaguista para la temporada que viene participó en 33 de los 38 encuentros de Liga (32 como titular).

Aquel filial rojiblanco contaba con una plantilla muy interesante en la que Cristian era indiscutible en la medular. Bajo la dirección de Óscar Fernández estaban los malagueños Joaquín (luego fichado por el Huesca y cedido por este al Mirandés) y Víctor Ruiz (defensa que esta temporada ha estado en el Córdoba y después en el filial del Levante), Montero y Mollejo (que llegaron el pasado verano al Deportivo), Tachi (al Alavés), el meta San Román (al Elche), Pinchi (que acompañó a Cristian en la aventura en el Extremadura) y otros futbolistas prometedores como Camello, Toni Moya, Óscar Clemente o dos por los que preguntó hace un año el entonces director deportivo, José Luis Pérez Caminero, cuando la situación económica comenzaba a ser acuciante y se barruntaba la necesidad de incorporar a jugadores por el salario mínimo, el lateral colombiano Solano o el delantero Poveda.

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Se da la circunstancia de que, durante su etapa en el Fabril, en la mayoría de las jornadas el rival del conjunto gallego se había enfrentado recientemente al filial del Atlético, por lo que Pellicer veía con demasiada frecuencia las actuaciones de este. Y por consiguiente, de Cristian. Por esa razón, cuando su nombre fue puesto encima de la mesa por la dirección deportiva, el técnico no necesitó informes sobre sus características.

Pero, ¿dónde debe o puede jugar Cristian? En realidad, por sus cualidades y su llegada, no es ni un medio de contención (un '6') ni un organizador (un '8'). Visto su rendimiento en el Extremadura, sí puede desenvolverse en esta posición, pero no tanto como 'pivote' defensivo porque tácticamente se desordena. Es más un interior, idóneo para un 4-3-3, porque tiene llegada (marcó tres goles en el Atlético B, donde jugaba más atrás, y otros tres en el Extremadura). Si se analiza el esquema empleado por Pellicer en la recta final de Liga, un 3-4-3 o 3-4-2-1, ahí sí puede funcionar mejor en la medular (en el primero de los casos) o jugando 'por dentro' en esas dos piezas por detrás del delantero centro. Más complicado parece de ubicar en una banda en un 4-4-2. Puede aportar para que el equipo sea más sólido, pero tiene poca profundidad, una virtud que el técnico pretende que sea seña de identidad del Málaga esta próxima temporada.